Bayamo.- LA MAYORÍA de las instalaciones deportivas de esta ciudad llegaron a mostrar rostros muy lejanos a los deseados.

Problemas en cubiertas, puertas, ventanas, tabloncillos y hasta en sus áreas aledañas les fueron comunes, aunque pese a todo nunca se detuvo la práctica de numerosas disciplinas.

Sin embargo en estos momentos la realidad es otra, y lugares emblemáticos como el centro Vicente Quesada, o los combinados deportivos Rosa la Bayamesa y Aeropuerto Viejo son muestras de lo conseguido.

Desde el 2011 comenzó el proceso que ahora enseña con orgullo la familia del deporte de la Ciudad Monumento, donde el “grueso” del trabajo que ya rinde frutos a nivel competitivo emergió del esfuerzo propio.

Así lo constató JIT cuando recorrió varias de las 15 instalaciones beneficiadas por esa labor y conversó con Jorge Luis Sánchez, actual subdirector de aseguramiento en la localidad y vinculado a tal empeño desde que se inició.

«Alrededor del 80 por ciento de nuestras instalaciones llevaban 30 años sin ser atendidas adecuadamente en cuanto a mantenimiento, y el deterioro era grande, por eso prácticamente han demandado reparaciones capitales», explica como punto de partida para el diálogo.

«Inicialmente nos motivamos por la recuperación del gimnasio de lucha del Vicente Quesada, una escuela en la que hoy todavía trabajamos después de un grupo de acciones considerables», añade ante nuestra solicitud de un breve recuento.

«Comenzamos con apoyo del gobierno municipal para el cambio de cubierta y la carpintería, y puede decirse que constituyó el despegue, a lo que siguió un trabajo más complejo.

»Pero era muy difícil mantener la secuencia de las acciones con una empresa constructora para terminar los trabajos, y de ahí que tomáramos la decisión de lanzar una convocatoria entre nuestros propios profesores que supieran de albañilería, carpintería, electricidad…», indica.

«Creamos un contingente y hasta la fecha trabajamos con ellos. Excepto algunos pasos que han requerido de una empresa más especializada, el resto ha sido de nuestra parte y tenemos ya recuperadas 14 instalaciones y montados nueve gimnasios biosaludables», confirma.

Sánchez añade que la mayoría de las herramientas también son aportadas por los propios involucrados, cuyo número ha variado por momentos, en relación con los “frentes abiertos”, pues llegaron a ser 60 y actualmente rondan la treintena.

«El principio de la brigada es la voluntariedad, nadie obligado... Hay compañeros que están con nosotros desde el principio, sin pago extra por esa labor, solo con sus salarios como profesores, aunque los estimulamos como dirección», sentencia.

«Creo que esa ha sido la fortaleza mayor del proceso, porque la gente nuestra sabe lo que es trabajar en condiciones casi pésimas y puso su empeño para recuperar con sus propias manos los escenarios donde se desempeñan, y no solo lo hicieron, sino que también las cuidan.

O sea que saben lo que es el esfuerzo, el sudor de trabajar en la construcción con el sol de las 12 del día o hasta las tres de la madrugada, y hacerlo los sábados y domingos, o cualquier día feriado».

ALGUNAS MUESTRAS DE LA OBRA

El centro Vicente Quesada todavía es punto de referencia, pues más allá de lo sucedido en su gimnasio de lucha la recuperación ha incluido a la única piscina de la ciudad y áreas para baloncesto y balonmano, por solo mencionar algunas de las otras disciplinas que allí se practican. 

«Su presupuesto ha pasado el millón de pesos por la complejidad que le convierte en la obra más grande que hemos enfrentado. Es la única instalación dedicada propiamente al deporte antes de 1959, entonces como un club, y hemos tratado de mantener la originalidad de su construcción», resume.

Además de los ya mencionados Aeropuerto Viejo y Rosa la Bayamesa se han beneficiado con el plan el Combinado Camilo Cienfuegos, inaugurado en el 2013 para celebrar el 500 aniversario de la urbe, los gimnasios de judo y Cultura Física, y la academia de ajedrez, toda una joya a nivel nacional.

«El Rosa la Bayamesa se construyó para el torneo Playa Girón de boxeo de 1984, y estaba en una situación terrible. Necesitó cambios de cubierta, suelo, baños, instalaciones hidrosanitarias y hasta la cerca perimetral», detalla el directivo.

RETOS Y BENEFICIOS

Evitar que el deterioro vuelva a ganar espacio es parte del día a día en lo ya rescatado y con ese fin funciona un celoso plan que incluye visitas mensuales en busca de detectar cualquier anomalía lo antes posible.

«Eso nos permite hacer correcciones en el plan de acción para los mantenimientos y hacer sostenible todo el programa», insiste Sánchez, quien reconoce además que nada habría sido posible sin el apoyo del Partido y los gobiernos municipal y provincial.

«Solo nos quedan dos combinados que aún están en situaciones muy desfavorables. Se han dado algunos pasos pero todavía no satisfacen las necesidades, y además faltarían tres rurales: Mabay, Barranca y el Dátil.

»Pero vamos a seguir con igual empeño porque desde hace tres años Granma cierra en el quinto lugar de los Juegos Escolares y parte de eso es resultado del trabajo desde la base en estas instalaciones», asegura.