Río de Janeiro.- LA NOCHE prometía magia y se cumplió, sobre todo gracias a la diversidad musical y cultural del primer país sudamericano que recibe el principal evento deportivo del mundo: los Juegos Olímpicos.

Sencillo en su mensaje de paz y cuidado del planeta y homenaje a grandes figuras que le han hecho sobresalir como nación, el acto de apertura constituyó rítmica bienvenida, con aplausos para los cubanos, que desfilaron de rojo y azul.

Con su abanderado insignia al frente, el luchador Mijaín López, entraron los de la isla a un Maracaná donde 70 mil espectadores rebosantes de alegría disfrutaron hasta el delirio cada segmento de un encuentro que hicieron suyo desde el comienzo.

El significado de la mezcla de aborígenes, europeos, africanos y asiáticos acontecida aquí guió parte de una historia enriquecida con reverencias al legado de imprescindibles como el arquitecto Oscar Niemeyer o el creador del bossa-nova Tom Jobim.

Voces reconocidas como las de Caetano Velozo o Gilberto Gil formaron parte de una genial concepción que llamó a los atletas a proteger la naturaleza con la siembra de árboles que florecerán en el Parque Radical de Deodoro.

El ingenio de luces y efectos especiales se adueñó de este templo del fútbol para transportar a los presentes por la formación de una nación y la necesidad de preservar el planeta.

Diversidad de colores y formas geométricas fueron centro del escenario que explotó las dimensiones del mundo virtual mientras la samba y la inconfundible “Garota de Ipanema” se unían al compás de las estrellas.

No hubo estridencias ni derroches apreciados en otras citas, pero sí ingenio e inteligencia convertidos en satisfacción, tal como habían anunciado los creadores del show, Daniela Thomas, Andrucha Waddington y Fernando Meirelles, el laureado director de la película Ciudad de Dios.

El discurso del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) Thomas Bach llamó a competir en paz, dejando a un lado las diferencias, e incluyó un especial mensaje de bienvenida al equipo confirmado por refugiados.

Carlos Nuzman, titular del Comité Organizador y del Comité Olímpico Brasileño, aseguró que el mejor lugar del mundo es aquí y ahora, dado el orgullo de ser su capital olímpica, y felicitó a los anfitriones por no desistir nunca de su sueño.

Sin embargo fue abucheado cuando agradeció el apoyo del gobierno, aunque el rechazo creció para el presidente en funciones Michel Temer, encargado de la alocución de apertura oficial, no proyectada en las grandes pantallas del Maracaná.

El simbolismo del encuentro se extendió hasta el siempre esperado encendido del fuego, expresado en una pequeña llama como alerta para reducir la emisión de gases contaminantes.

El tenista Gustavo Kuerten entró al estadio antorcha en mano y entre los vítores de sus seguidores la entregó a la basquebolista Hortensia Marcari, quien luego de unos metros la cedió al maratonista Vanderlei de Lima, privado de una casi segura medalla de oro en Atenas 2004.

Linda noche, merecida por los protagonistas del certamen y sus anfitriones, gente noble que asume un duro reto en momentos muy complejos.