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CON APENAS 10 años de edad Alejandrina ya estaba en la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar de Camagüey, a unos 530 kilómetros de La Habana, la capital cubana.

Por sus excepcionales condiciones participó en los Juegos Escolares Nacionales desde 1977 hasta 1982 y fue factor decisivo en la conquista de cuatro medallas de oro y una de bronce, además de ser elegida la mejor voleibolista de Cuba en esas categorías menores.

Tenía 14 cuando recibió igual distinción como atacadora en el Campeonato Nacional de primera categoría, y siendo una quinceañera promovió en diciembre de 1982 al equipo élite, cuando ya destacaba por sus impresionantes brincos y fuertes remates a pesar de su corta estatura.

La niña bien conocida a quien ya todos llamaban Mireya Luis terminó por consagrarse durante más de dos décadas, 18 años como capitana de una etapa brillante animada por las Espectaculares Morenas del Caribe.

Entre lo que más reluce en el cofre de quien clasifica entre las grandes jugadoras del universo destacan las coronas olímpicas conquistadas en Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sydney 2000 y las mundiales de Sao Paulo 1994 y Tokio 1998.

«De los tres juegos los que más me marcaron fueron los de Barcelona, que eran mis primeros y mi gran sueño, así que los viví con toda la intensidad en un escenario único por la atmósfera existente allí», comentó a JIT.

Por más de diez años no hubo atacadora como la número 3 de Cuba, burlando sus apenas 175 centímetros con despegues que le permitían alcanzar los tres metros, saltos aderezados por su preparación física, técnica y táctica, y gran entrega en cada entrenamiento y partido a las órdenes de Eugenio George y su primer auxiliar Antonio Perdomo.

Igual terna dorada compartieron Regla Torres, Lily Izquierdo, Regla Bell, Marlenis Costa, Idalmis Gato y Ana Ibis Fernández, esta última también bronce en los Juegos de Atenas 2004. Un grupo que sumó más de 500 partidos internacionales.

La primera experiencia internacional de Mireya fue en 1983 en los Juegos Panamericanos de Caracas, Venezuela, donde sustituyó como titular a otra estrella, Mercedes “Mamita” Pérez, campeona mundial en 1978.

La muchacha se ganó definitivamente el puesto al contribuir al triunfo sobre el poderoso equipo de Estados Unidos donde figuraban atletas de la talla de la fallecida “Flo” Hymann, Rita Crocket y Debbie Green, entre otras conocidas.

En 1985 integra el plantel dorado en el mundial juvenil de Italia y subtitular en la Copa del Mundo, y un año después aparece en el que obtuvo segundo lugar en el campeonato del orbe de Praga, donde fue puntal apenas 19 días después de convertirse en madre.

Su talento también fue premiado con oro en las de las copas mundiales de 1989 y 1991 y le permitió añadir otros lauros en los Grand Prix: oro en 1993 y 2000; plata en 1994 y 1996, y bronce en 1995.

Acumuló cuatro medallas doradas (1983, 1987, 1991 y 1995) y una de plata (1999) en Juegos Panamericanos, y subió a la cima en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Maracaibo 1998.

Jugó en la Liga Japonesa Daiei, de la ciudad de Osaka, entre 1994 y 1995, y en el club Foppapedretti, de Bergamo, Italia, de 1997 a 1998, sumando cuatro campeonatos nacionales con esos elencos.

Fue calificada como una de las atletas extranjeras más populares en China, integró el equipo Todos Estrellas para las Galas Mundiales 1985 y 1992, y la eligieron mejor atacadora y jugadora del mundial 1994 y varias copas del planeta.

Figura entre los 100 atletas más destacados de Cuba en el siglo XX y más de una vez fue parte de los seleccionados como mejores exponentes anuales de Latinoamérica. 

Su uniforme de juego con su apellido y número (LUIS 3) se encuentra expuesto en el Museo Olímpico de Lausana por ser considerada entre las 10 mejores de todos los tiempos.

Fue además la primera voleibolista cubana en obtener el Premio Fair Play de Mecenate, en junio del 2002, que confiere la comuna italiana de Arezzo avalado por el Comité Olímpico Internacional a relevantes personalidades por «su brillante trayectoria deportiva y aporte social».

Un año después ingresó en el Hall de la Fama de Holyoke, Massachussettes, Estados Unidos.

Integró la Comisión de Atletas del Comité Olímpico Internacional en los ciclos 2000-2004 y 2004-2008, a propuestas de los presidentes del COI Juan Antonio Samaranch y Jacques Rogge, respectivamente.

Trabajó en el programa de Solidaridad Olímpica en la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) y como “Mamita” fue de las 21 candidatas a la elección de la FIVB de la Mejor Jugadora del Siglo XX, distinción que recayó en su compatriota Regla Torres.

Eugenio, entrenador de las tres, recibió el mismo premio como el más destacado preparador de selecciones femeninas.

En múltiples ocasiones fue homenajeada junto a sus compañeras por el entonces presidente cubano Fidel Castro Ruz, quien encabezó la ceremonia que acogió su retiro oficial y premiación a los 100 deportistas cubanos del siglo XX.

El propio líder histórico le entregó la Bandera que portó la delegación cubana en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999.

Esta Hija Ilustre de su natal Camagüey, atiende el voleibol de playa en la Federación Cubana, es miembro desde el pasado año del Comité Ejecutivo y el Consejo de Administración de la NORCECA, e integra la candidatura para la elección del género en minoría en el Consejo de Administración de la FIVB, que se llevará a cabo durante su Congreso en octubre próximo.