Tokio.- OTTOBOCK, firma de prótesis alemana, se sumó al movimiento paralímpico en Seúl 1988 y desde entonces ha estado presente en todos los juegos celebrados.
A Tokio 2020 acude como socio de servicio técnico oficial y proporciona de forma gratuita mantenimiento y reparación.
Conocida la entrega y competitividad de los atletas cubanos, existe una relación muy especial entre la patrocinadora de los Juegos y el movimiento paralímpico de la Isla.
«Visité la sede central de Ottobock aquí en la villa y me sentí como en La Habana, donde nos atienden Héctor Corcho Morales, vicerepresentante de la entidad germana, y los especialistas de Cuba-RDA (Centro Nacional de Ortopedia Técnica, CNOT) y Medicuba», destacó a JIT la paratiradora Yenigladys Suárez.
«Aquí me atendió Thomas Pflegarh, director técnico de Ottobock para América Latina. Fui a “actualizar” mi silla de ruedas. Resultó muy bonito todo. Quedé en regresar», abundó la matancera.
«Una de las cosas que distingue a Ottobock es que no es distribuidor, sino fabricante de tecnología de punta», afirmó Corcho Morales.
«En Tokio 2020 Ottobock estrenó una impresora 3D en el centro de servicio de reparación, empleada para impresiones pequeñas e individuales, como órtesis de mano o dedo, y protectores», expuso.
«El centro de reparación está ubicado en la villa de los atletas, pero Ottobock igualmente cubre con estaciones todas las sedes de competencia e incluso cuenta con un servicio móvil totalmente equipado», agregó.
Sus servicios están presentes en más de 100 naciones, y van acá desde inflar un neumático de silla de ruedas hasta reparaciones complejas, resultado de la visión del protésico alemán Otto Bock sobre la restauración de la movilidad en las personas. Hace de eso ya más de un siglo.
«Por ejemplo, los especialistas aplican la máxima precisión para ajustar una prótesis deportiva a los requisitos individuales. Usan dispositivos de medición láser para esto», refirió Corcho.
«Por el taller de Ottobock en la villa también ha pasado la paratleta cubana Leydi Rodríguez, de pesas, quien recibió la reparación de sus prótesis de piernas, pues es amputada bilateral. Quedó complacida y agradecida con el trato y la eficiencia del servicio», expuso.
«La relación entre Cuba y Ottobock se afianzó desde hace cinco años, a partir de la iniciativa del presidente de la compañía, Hans Georg Näder, de abrir una representación comercial en el país.
»En los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016 tuvimos nuestra “primera medalla cubana”, con el bronce en salto de María Luz Pérez Iser. Otros atletas compitieron y nos prestigiaron. Por ejemplo, usaron nuestro runner Gerdan Fonseca y Lázaro Yarlo Rodríguez», rememoró.
Gerdan ganó oro en los Parapanamericanos de Lima 2019 en lanzamiento de jabalina, y Lázaro el bronce en salto largo. Ellos forman parte de nuestro proyecto, al que se ha unido la triatleta Yaumara Casero, quien no recibió a tiempo la visa de Estados Unidos para buscar su clasificación en un certamen organizado allí», concluyó.
Más recientemente el abanderado cubano, Lorenzo Pérez, recibió atención de mantenimiento de su silla Ventus, donada por Ottobock. Sobre esa exhibió nuestra enseña patria, ayudado por un soporte instalado por los técnicos de Ottobock. Algo especial para la inauguración de los XVI Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
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