La Habana.- UNA IMAGEN colmada de colores rojo y azul, cuatro letras que hablan de una gran Isla y una bandera que defenderán todos en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020… Y en medio de eso dos figuras que resaltan no solo por su estatura.

Ambos son campeones en deportes de combates, irán a su cuarta cita bajo los cinco aros y con el único objetivo de volver a sonreír medalla en mano. Ella se pudiera convertir en la primera judoca cubana con dos coronas y él busca ser el único luchador del mundo con cuatro reinados.

Idalys Ortiz y Mijaín López son dos estrellas dentro de la delegación cubana y este sábado disfrutaron la ceremonia de abanderamiento en el monumento a José Martí en la Plaza de la Revolución como si fuera la primera vez.

«El tema epidemiológico puso en duda que esto pudiera ser posible. Realmente  es un apoyo que el presidente haya compartido este momento con nosotros y nos haya dado esas palabras de inspiración de hacerlo por Cuba», aseguró la encargada de leer el compromiso de la delegación, refiriéndose al breve encuentro de la comitiva con Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República.

«Muchas gracias a nuestro presidente, a todo el pueblo de Cuba y a todas las personas que nos han apoyado y nos apoyan para que este momento sea posible», agradeció la campeona de Londres 2012, medallista de plata en Río de Janeiro 2016 y bronce en Beijing 2008.

«Lógicamente cada uno de nosotros tiene la idea de alcanzar una medalla y aunque no todos lo lograremos, ese es el deseo. Yo estaré en mis cuartos juegos olímpicos y no me gustaría irme sin premios, por eso voy a duplicar mi esfuerzo, hacerlo 120 por ciento más que en las veces anteriores y la idea es estar en el podio de premiaciones», confesó con su eterna sonrisa la mujer que competirá en la división de más de 78 kilogramos.

Mijaín impresiona desde su estatura y tiene también la mente enfocada en su meta dorada. Recibir hoy el estandarte que portará por cuarta ocasión en una ceremonia de inauguración implica también más compromiso y eso le hace repetir una y otra vez que sí se puede.

«Diremos como siempre: que si se puede y se podrá, como dice nuestro presidente, y el resultado va a venir para Cuba», asegura el hombre que ha sido número uno de su categoría desde Beijing 2008.

«Compartir con nuestro presidente es un halago. Nos dio la confianza que siempre nos ha ofrecido también el pueblo y es llevar nuestra bandera a lo más alto con la dignidad y los principios que nos caracterizan.

»Esperen la medalla que siempre he prometido, la de oro. Estoy en condiciones para hacer un récord. Está en mis manos, he hecho la preparación como se ha planificado y los inconvenientes de la covid-19 no son motivos para dudar», recalcó más convencido que nunca de que en pocos días volverá a hacer crecer su historia.