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Lima.- EL NOVENO lugar de Jeinkler Aguirre desde la plataforma se convirtió en la última imagen dejada por el clavados cubano en estos XVIII Juegos Panamericanos, que ya han despedido varios deportes y darán la bienvenida este martes a algunas disciplinas importantes para la Isla.
El campeón del sincronizado de plataforma de hace cuatro años tuvo esta vez una competencia muy poco feliz, pues luego de iniciar con tres saltos calificados por sobre los 7,5 puntos se vio fatal en el de la parada de manos y al no poder terminar el movimiento antes de su entrada al agua recibió muy bajas notas.
Eso fue suficiente para alejarlo de cualquier pretensión de premios, sobre todo porque también se mostró discreto en las ejecuciones quinta y sexta, para apenas completar 349,15 puntos.
El más espectacular de los eventos de este deporte fue ganado por el mexicano Kevin Berlín, quien sumó 500,35 y dejó en plata a su compañero Iván García dueño de 497,55. Con el bronce se marchó el canadiense Vincent Riendeau (462,70).
La última jornada de finales había comenzado con el trampolín de tres metros para mujeres, en el que se coronó la canadiense Jennifer Abel (314,25) y deparó un lugar 12 para la cubana Anisley García (199,20).
«En realidad queríamos medallas, veníamos con el propósito de dos bronces y no los cumplimos», reconoció con sinceridad la comisionada Milagros González, quien sin ánimo de justificar habló sobre lo bueno y lo malo del equipo.
Como dato negativo, además de la ya mencionada actuación final de Jeinkler, hay que referirse a la plataforma sincronizada de hombres que tampoco dejó buena impresión.
Lo positivo es el confirmar que hay material humano para seguir trabajando, sobre todo por la juventud reinante en un colectivo que ahora dirige José Antonio Guerra, único medallista mundial individual del clavados cubano.
«Son niños muy jóvenes, la mayoría por primera vez en panamericanos, y lo mejor es que tenemos tiempo para trabajar con ellos para el futuro», aseguró Milagros, quien fuera entrenadora antes de pasar a sus actuales funciones de dirección.
«Tenemos que buscar la manera de elevar los niveles de dificultad de los programas porque llegan con mucha desventaja en ese sentido», agregó convencida de que con eso ya estarían un poco más al nivel del resto.
Como individualidades destacó a una Anisley que estuvo en todas las pruebas: trampolín de uno y tres metros, individual y sincronizado, y la plataforma.
Otro mencionado por la buena imagen dejada es Laydel Domínguez, quien junto a José Alfredo Quintana se situó quinto en el trampolín sincronizado.
«Todos son muchachos muy jóvenes y pendientes de desarrollo, pero dejaron una buena imagen», resumió Milagros, quien se encargará ahora junto a sus entrenados de realizar los análisis de cara al futuro.
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