La Habana.- JUBILOSO por el triunfo en el V Clásico Nacional de Ruta luego de concluir segundo en las dos anteriores ediciones, el nuevo campeón Joel Solenzal, de Sancti Spíritus, confirmó su modestia al reconocer que su más firme rival y monarca del 2017, Pedro Portuondo, «es el mejor rutero de Cuba».

«Le gané porque salí a buscar la victoria desde el primer momento, también tuve suerte y la luché, pero sin dudas él es en la actualidad el uno», expresó con sencillez a JIT el veterano pedalista que el próximo 28 de febrero cumple 41 años de edad.

Solenzal relató que «siempre tuve la presión de los integrantes del equipo nacional, que corrían por sus respectivas provincias, me atacaban para quitarme la camiseta de líder, sin embargo nunca lo consiguieron porque siempre estuve atento dada la experiencia que tengo en estas carreras».

«Ante todo debo el triunfo al perenne apoyo de mi equipo,  al cual no le puedo pedir más, mis compañeros son jóvenes que tienen condiciones, no obstante todavía demoran en despuntar, pero los guío dentro y fuera de la carrera, y me respetan como capitán, corrían en la punta del pelotón, batallamos por la victoria y la conquistamos», señaló el monarca, quien no ganó una etapa, pero sí hizo el menor tiempo en las 11 recorridas.

Siempre tuvo el sueño de coronarse porque ya en par de ocasiones había quedado a un escalón de los más alto del podio y no vaciló en prepararse bien en los últimos siete meses, convencido de que su objetivo no le sería fácil y a pesar de no ganar ni una etapa fue descontando diferencia hasta que en la cuarta jornada pasó a la cabeza de la clasificación individual .

«Las etapas fueron duras, en la primera logré unirme a otros escapados y entré cuarto, en la segunda que terminó en la Gran Piedra los pies no los tenía muy bien, no me respondían como yo quería, y escalé sexto, lo cual me propició ascender al tercer escaño general a 2, 45 del ganador ese día  y nuevo líder Yasmani Balmaseda, de Artemisa.

Al otro día olfateó otra huída y se conectó a los fugitivos para cruzar en séptimo la raya de sentencia en Holguín y como Yasmani no se pudo conectar descontó diferencia, ubicándose a 12 segundos de su rival.

«El trabajo colectivo fue vital en la siguiente fecha, en la contrarreloj por equipos alcanzamos el cuarto escalón y Artemisa el séptimo para de esta forma arrebatar el liderazgo  a Balmaceda aunque tan solo a tres segundos del derrumbado monarca, y en la quinta y sexta etapas continuó con su camiseta naranja.

La séptima resultó decisiva. A unos cuatro kilómetros de Topes de Collantes se debatía entre la serranía del Escambray junto a Frank Sosa, el ganador de ese día y finalmente entre los escaladores; su compañero espirituano Juan Manuel Carrera, el holguinero Frank Consuegra y el líder Balmaseda.

Estos dos últimos sufrieron roturas en sus bicicletas y perdieron esa posición de privilegio y a la postre Yasmani no solo la camiseta, cayó al segundo puesto alejado peligrosamente a más de cinco minutos de Solenzal, quien mantuvo esa ventaja sobre el artemiseño hasta llegar a La Habana.

No así ante Portuondo, quien descontó en la contrarreloj individual y pasó a subtitular a 3,39 tras dominar la prueba con excelente tiempo, único en bajar de los 34 minutos en los 30 kilómetros en el penúltimo trayecto, pero no suficientes para destronar al espirituano que junto a su escuadra cerró filas en el capítulo final desde Matanzas al Capitolio Nacional para asegurar la corona.

«Los muchachos jóvenes del equipo nacional tienen muchísima calidad, lo que se requiere de trabajar con ellos para cuando retorne la Vuelta Internacional a Cuba. El propio Balmaseda, Christtian Pérez y Frank Sosa me llamaron la atención», dijo.

Solenzal retorna feliz a su tierra «para seguirme preparándome y esperar a ver si me promueven a la preselección cubana pues no pienso en retirarme, me siento muy bien físicamente y con muchos deseos de seguir obteniendo victorias».