Foto: Armando Hernandez

La Habana.- IMPORTANTES resultados de atletas de primera línea en certámenes internacionales marcaron el 2017 en el deporte para discapacitados, como anuncio del periodo entrante que trae retos trascendentales en torneos clasificatorios claves dentro del ciclo.

La trilogía de preseas de Suslaidy Girat en la Sordolimpiada de Turquía, y los oros de Omara Durand, Leonardo Díaz, Leinier Savón y Luis Felipe Rivero en el Campeonato Mundial de Paraatletismo en Londres, dieron realce de nuevo a esos tradicionales exponentes de la inclusión deportiva en Cuba.

La santiaguera Girat, seleccionada como la más destacada en estos 12 meses, obtuvo oros en los 100 metros y en el salto triple, además de plata en salto de longitud en el evento acogido por la ciudad turca de Samsun, donde se convirtió en la mujer cubana más laureada a este nivel con seis títulos en total.

En la capital británica brillaron de nuevo la velocista santiaguera Durand, con solo un oro esta vez porque en las otras dos pruebas no hubo inscripción suficiente; y el saltador pinareño Luis Felipe Gutiérrez con el primer lugar en el salto de longitud F13 (débiles visuales) y el segundo en la altura.

El discóbolo granmense Díaz retomó allí la cima entre los clasificados F55-56 (sillas), y el guantanamero Savón fue de nuevo rey en la velocidad T12, aunque una mala coordinación le impidió pasar a la final de los 200 metros.

Diciembre tuvo gratas nuevas para otros como el nadador granmense Lorenzo Pérez, al coronarse campeón mundial en los 100 metros estilo libre S6, prueba en la que ya ostentaba el récord mundial y el oro paralímpico en Río de Janeiro.

Igualmente la pesista Leydi Rodríguez alcanzó plata en la cita del orbe en México, donde sobresalieron los cuartos lugares del pesista matancero Oníger Drake y el tritón capitalino Juan Castillo.

La participación cubana creció en lauros con los bronces de los taekwondocas Lilisbeth Rodríguez (Granma) y Yandri Larrondo (Villa Clara), así como la inserción en el circuito continental del bádminton, pues esos dos deportes debutarán en los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019.

Indudablemente, hacia ese concurso múltiple estará dirigida la estrategia de Cuba, buscando la mayor cantidad de clasificados, con el desafío de superar la cosecha de 19 oros, 15 platas y 13 bronces obtenidos en Toronto 2015, válidos para el sexto lugar por países.

Aprobada en noviembre la guía de las cuotas para cada uno de los 17 deportes, en los cuales se disputarán 425 juegos de medallas por unos 1 890 competidores, la distribución en cada uno tiene distintas variantes y complicados procesos.

Por ejemplo, en el atletismo los 425 esperados tendrán que realizar una marca mínima en eventos oficiales entre el primero de enero del 2018 y el 22 de julio del 2019. Del total, 399 avanzan por ranking, 20 por representación de países y seis por wild card.

Eso significa vigencia para todos los astros citados y hasta para la multilaureada y reaparecida en el equipo nacional, Yunidis Castillo, como única vía para asistir a la capital peruana, que en muchos casos da posibilidad de acceder a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.

En el caso del judo, que no tuvo acciones para Cuba este año, se debe concurrir a una lid al menos en el 2018, pues en diciembre próximo cierra el ranking y se clasifican los primeros seis hombres de cada división y las tres mujeres por ese listado.

El levantamiento de pesas tiene un período más largo, al tomarse en cuenta lo hecho desde el 29 de septiembre del 2017, pero se tomará en cuenta finalmente a los mejores posicionados del ranking. Los 250 nadadores se escogerán de similar manera por topes en el escalafón internacional.

Solo anunciamos aquí los cuatro deportes fuertes para la mayor isla de las Antillas, muestra del ajetreo previsto en el ámbito foráneo. Sin embargo, necesita fortalecerse lo local y la búsqueda de talentos en coordinación con las tres Asociaciones de discapacitados.

Mejorar los campeonatos domésticos y la cantidad de atletas seguirá en la mirilla como única forma de darle continuidad a los logros de excelencia por muchos años.