La Habana.- «LOS DIAGNÓSTICOS son prácticos. En menos de una semana ya tenemos resultados de las pruebas que trasmitimos a los interesados», dijo a periodistas el Dr. C. René Romero, director del Centro de Investigación del Deporte Cubano (CIDC).

En el tradicional encuentro mensual del deporte con la prensa especializada el experto enfatizó que han detectado cosas que a simple vista no se pueden ver, que solo a través de la ciencia es perceptible aplicando biomecánica, con controles morfofuncionales y otros.

«Por ejemplo se detectó un atleta con extrasístole ventricular, o sea hacía doble contracción de su corazón. Se veía en la práctica que algo le pasaba y cuando hicimos el estudio hubo que bajarle las cargas y modificarle el entrenamiento. Ello solo es posible aplicando ciencia», dijo.

También se han beneficiado estelares deportistas multilaureados como el gimnasta Manrique Larduet y el remero Ángel Fournier.

Cuatro líneas de trabajo tiene el centro: Alto Rendimiento, Reserva Deportiva, Deporte para Todos y Superación y Calificación de los Recursos Humanos.

«De los 271 atletas estratégicos ponemos un mayor acento en los 29 que tienen posibilidades de subir al podio en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Hay 121 acciones entre tutoría, consultas, maestrías, trabajos nuevos, publicaciones. El fórum de Ciencia y Técnica nuestro fue exitoso, se entregaron seis premios de trabajos relevantes y en el Deporte para Todos. Las cuatro líneas temáticas están teniendo salidas oportunas para este momento», recalcó.

«Nuestro centro tiene la característica que es de acción-innovación. No guarda el trabajo terminado para convertirlo en texto. Este es un texto que habla. En eso nos diferenciamos de otros centros».

Similares existen en Colorado Springs, Estados Unidos; Leipzig, Alemania; Japón, Australia y Nueva Zelanda.

«El proceso de entrenamiento deportivo es eminentemente pedagógico, pues el resto de las ciencias apoyan eso, y si la toma del análisis es pedagógico igual tiene que ser la salida. Hay que enseñar a hacer de otra manera –después de las correcciones en el orden científico- al atleta y al entrenador, que interioricen conscientemente esta nueva manera. Hay que enseñarlos a pensar diferente, y crear el apetito científico».

Confiado en el futuro promisorio de la institución que acoge el cierre del ciclo productivo de los procesos de generación de conocimientos aplicados al deporte, manifestó su optimismo respaldado por la presencia de prestigiosos Doctores en Ciencias, Másteres y Pedagogos, así como la tecnología de punta que allí explotan.