El clima, el día y la temperatura
LA FUERZA muscular depende del momento del día y la época del año. Varía de forma particularmente notoria durante el transcurso de cada jornada y su valor máximo corresponde al tiempo previo al almuerzo. Merma posterior a este y se reduce bruscamente entre las dos y las cuatro de la madrugada.
Después del sueño o de una guardia nocturna decrece en un 20-30 por ciento en comparación con el día, y alcanza su valor máximo tres-cuatro horas después del sueño.
La influencia de la época del año sobre la capacidad de trabajo y la fuerza muscular no ha sido suficientemente estudiada, pero investigadores señalan que la primera de ellas es más alta en verano y más baja en invierno.
Otro aspecto es la temperatura, que tiene su influencia en la manifestación de la fuerza, y según los expertos es óptima en 24-28 grados centígrados.
LA HIPOXIA
Su influencia presenta un gran interés práctico sobre la fuerza muscular. Estudios con uso de una cámara barométrica demostraron que no varió hasta el nivel de los 4 200 m, pero a los 5 000 m se detectó su disminución.
En algunos casos se observó un nuevo incremento a 6 000-7 000 m, y solo a partir de los 7 000 comenzó su disminución brusca.
La hipoxia moderada, como resultado de la disminución de la presión parcial de oxígeno en un 25%, ejerce un efecto de entrenamiento. Ocasiona la activación de diferentes aspectos del metabolismo y aumenta la excitabilidad del sistema nervioso central.
LAS RADIACIONES ULTRAVIOLETAS
Otro factor influyente en la fuerza muscular es la radiación ultravioleta. La insolación general (irradiación solar) aporta a la efectividad del proceso de entrenamiento en su totalidad. Investigadores han descubierto que es favorable para el estado de salud, la capacidad de trabajo y el desarrollo de las cualidades físicas fundamentales, incluyendo la fuerza.
EL SUEÑO
De la práctica es bien conocida la importancia del sueño para la capacidad de trabajo. Por eso se recomienda al deportista dormir no menos de siete-ocho horas al día.
En los últimos años la mayoría de los especialistas lo analizan como proceso activo compuesto de dos fases: sin movimientos rápidos de los ojos (sueño lento), y con movimiento rápido de los ojos (también denominado paradójico).
En ambas fases desempeñan un papel esencial en el mecanismo de surgimiento del sueño la serotonina y algunas fracciones de bajo peso molecular del líquido raquídeo. Además, el sueño y la vigilia dependen de la formación reticular y de algunas otras formaciones y estructuras del cerebro.
Se considera que el sueño prolongado influye favorablemente sobre la capacidad de trabajo. Sin embargo, de acuerdo con estudios, más de nueve horas actúan negativamente sobre la misma, ya que empeora la realización de los hábitos motores.
LA HIPNOSIS
Puede influirse sobre la fuerza muscular mediante la hipnosis. Con ella se detecta un aumento de un 30% en los no deportistas y de un 10% en los deportistas. También permite incrementar la capacidad de trabajo.
IRRITACIÓN DE RECEPTORES
La capacidad de trabajo es igualmente variable mediante la irritación de determinados receptores. Ya sea luminosas, sonoras, térmicas, gustativas u olfatorias, en algunos casos actúan positivamente sobre la fuerza muscular.
El calentamiento aumenta la actividad muscular en un 20%.
Una ducha fría ejerce efecto favorable sobre la capacidad de trabajo, más en las personas entrenadas.
La estimulación de la actividad muscular del hombre mediante la influencia del frío sobre su organismo guarda relación, ante todo, con una elevada producción de hormonas. Cada uno de los grupos de estas conduce a la estimulación de la actividad de los sistemas cardiovascular y respiratorio.
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