La Habana.- HABLAR ahora de las hazañas de Enrique Figuerola, Alberto Juantorena, María Caridad Colón o Javier Sotomayor parece algo cotidiano. Vivimos recordando la gloria que ellos y otros muchos cubanos consiguieron, pero quizás sin pensar en cuándo realmente comenzaron a tejerse sus historias, todas leyendas del atletismo cubano.
Seguramente no sean muchos quienes conocen los orígenes del atletismo en la Isla. Quizás pocos puedan mencionar que el 3 de diciembre de 1905 se “plantó” la semilla que después daría sus frutos y consolidaría al campo y pista como uno de los exitosos referentes del movimiento deportivo cubano.
Un encuentro entre los afiliados al Vedado Tenis Club y la Universidad de La Habana se convirtió en arrancada de un incipiente deporte. La céntrica intercepción de las calles Línea y Avenida de los Presidentes, en el Vedado capitalino, era entonces la sede del Club Habana y allí se convocó la que pasó a la historia como la primera competencia oficial de atletismo en Cuba.
Los universitarios se impusieron en el duelo, aunque poco importa ese detalle. Lo significativo es lo sucedido después, el crecimiento paulatino de un proceso que se consolidó a partir de 1959 y del que “nacieron” varios campeones olímpicos y mundiales.
Félix El Andarín Carvajal, Rafael Fortún, José Pepe Barrientos… nombres de aquellos primeros años, hombres que “volaron” en las pistas o crearon su fama en la maratón olímpica, se convirtieron en figuras a seguir por quienes vinieron detrás.
Un Figuerola marcado como primer medallista del atletismo cubano en Juegos Olímpicos, una Miguelina Cobián recordada entre otras cosas por ser la primera corredora en llegar a una final bajo los cinco aros y un Alberto Juntorena que es el único doble campeón a ese nivel, son parte de este legado.
Todos son notables protagonistas de una historia de 115 años, y en la que sobresale el primer título olímpico de una latinoamericana conquistado por María Caridad Colón, el todavía vigente récord mundial de Javier Sotomayor en el salto de altura, o los nueve títulos del orbe que muestra Iván Pedroso.
Una trayectoria enriquecida con las hazañas de Ana Fidelia Quirós, Orisleydis Menéndez, Yipsi Moreno, Anier García y Dayron Robles, todos grandes desde sus escenarios y sus épocas. Campeones del orgullo cubano y paradigmas de las generaciones que les han sucedido.
Por sus desempeños, como los de muchos otros que han dejado huellas indelebles, el atletismo cubano no solo celebra con orgullo y satisfacción lo hecho en sus primeros 115 años. También puede festejar un presente que incluye el talento de Yaimé Pérez, Denia Caballero, Juan Miguel Echevarría, Yorgelis Rodríguez, Jordan Díaz o Luis Enrique Zayas, dignos herederos de tan profundo legado.
Todos llamados a extender un legado de triunfos, pero también de convertirse en figuras hacia las que mirarán esos que hoy son niños y sueñan con ver en el futuro sus nombres ligado a los éxitos del ya centenario atletismo cubano.
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