La Habana.- UN AMANECER lluvioso hizo pensar que sería un día gris, algunos creyeron que salir de casa iba a ser difícil y que el anunciado Festival Deportivo con que se celebraría el 500 Aniversario de la capital no ocurriría.
Por suerte no todos se dejaron “engañar” por la llovizna que empapó las calles de la ciudad, pero no deshizo planes… y hasta la conocida instalación capitalina se acercaron miles de amantes de la actividad física, unos para ser parte del espectáculo, y otros como orgullosos padres o amigos de los protagonistas.
Cientos de niños, jóvenes y adultos colmaron la céntrica explanada dispuestos a participar de alguna forma, unos prefirieron los juegos tradicionales de zancos, otros pelota en mano se acercaron a los terrenos de baloncesto, un poco más allá unos abuelos se dedicaban al tai chi y en una de las esquinas cercanas al estadio de béisbol Juan Ealo un profesor de karate formaba junto a sus alumnos.
Dagoberto Amarán llegaba desde el municipio Arroyo Naranjo liderando a casi 40 de sus pupilos, que este domingo no quisieron perderse la celebración adelantada por los cinco siglos de vida de su ciudad y el Día Nacional de la Cultura Física y el Deporte.
«Me encanta el karate y sobre todo la katá», es lo primero que cuenta Alejandro Ernesto Vera, de 11 años y monarca provincial de esa especialidad en su categoría.
«Pero sobre todo me gusta mi profesor, lo que nos enseña y los muchos amigos que tengo aquí», agrega el que sin dudas es uno de los más “despiertos” del grupo y no teme hablar en nombre de todos.
Guillermo Suárez tiene nueve años y como su compañero confirma que practicar deportes es de lo mejor que le ha pasado en su corta vida y los disfruta al máximo.
Él es otro de los que hoy vino a mostrar habilidades en una mañana en la que también se unieron a la celebración glorias como la campeona Cirelis Martínez, surgida precisamente del área especial del Ciro Frías.
A escasos metros de donde se preparaban para exhibir lo que saben hacer, otro grupo de niños practicaba con los zancos antes de tomar en serio una carrera; al otro lado del terreno los protagonistas de un juego de baloncesto aguardaban por el inicio y en el tenis de campo los veteranos se disponían a protagonizar un duelo en la renovada cancha.
Así de variado, festivo y sobre todo de alegría era el ambiente en un sitio pensado para el acceso de todos, disponible para quien ame la actividad física y sobre todo inclusivo porque cuando de practicar deportes se trata no pueden existir diferencias.
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