La Habana.- EL LEGADO de José Llanusa Gobel, primer presidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder) fue evocado hoy en sentido homenaje, en ocasión del centenario de su natalicio.
En la Ciudad Deportiva que hizo su hogar junto a compañeros que le siguieron en la misión asignada por Fidel, trabajadores del sistema deportivo le recordaron no solo como incansable dirigente, sino también por su pasión como atleta y entrenador y su fidelidad a la Revolución Cubana y a su líder histórico.
Raúl Fornés Valenciano, vicepresidente primero del Inder, entregó a la compañera de su vida, María Josefa Ruiz, y a sus hijas María Eugenia, Susana y Haydeé, un reconocimiento por la ejemplar y extensa obra de servicios a la Patria y en especial al desarrollo del deporte revolucionario cubano.
Emotivas anécdotas compartieron las glorias del deporte Enrique Figuerola, subcampeón olímpico; Norge Marrero, ícono del remo en Cuba; Carlos Gattorno, Doctor Honoris Causa, y Arnaldo Rivero, directivo del Inder y editor de los libros publicados por Llanusa, soldado fiel que luchó por hacer realidad el pensamiento de Fidel, entre ellos el de convertir el deporte en derecho del pueblo.
Repasaron momentos del baloncentista olímpico y medallista en Juegos Panamericanos, el técnico y el jefe de la Delegación de la dignidad, como calificó Fidel a aquella que viajó en 1966 a bordo del buque Cerro Pelado a Puerto Rico, sede de los X Juegos Centroamericanos y del Caribe, desafiando la oposición del imperialismo yanqui.
Con orgullo recordaron al jefe, al amigo, al que se entregó en alma y vida al deporte cubano, y cumplió otras responsabilidades como la de ministro de Educación, desde la cual defendió la práctica de la actividad física en cada centro escolar.
María Eugenia Llanusa habló en nombre de su familia, agradecida del homenaje a su padre, «quien a pesar de su entrega diaria a su trabajo, siempre trató de estar cerca de mi madre y de nosotras».
«Es un honor ser familia de Llanusa, pero sobre todo es para nosotros un compromiso que nos obliga a superarnos cada día y ser más revolucionarios», expresó.
«Mi papá decía que antes de la Revolución no había deporte sino deportistas, que el deporte cubano es fruto de la Revolución cubana y de las ideas de Fidel», recordó.
Expuso que en el centenario del Comandante Invicto el deporte cubano puede tener un relevante papel no solo por las medallas y sus resultados, sino por la creatividad, la entrega y el estilo de trabajo que ha caracterizado la labor del Inder desde sus inicios.
«No se puede olvidar que fue el primer gran logro de la Revolución, que internacionalmente puso en alto nuestra bandera, la de un país pobre y bloqueado», enfatizó.
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