Fort Lauderdale.- DOS CARAS mostró la selección nacional de fútbol de Cuba en su debut en la Copa Oro de Concacaf 2023, este martes en el DRV PNK Stadium.

Una esperanzadora en la que presionaban alto y llegaban con oportunidades al arco rival y, como el anverso de la primera, otra de resignación y desorden, que costó la derrota.

Los primeros 30 minutos de partido resultaron un ejercicio de rutina, la puesta en escena de tantas veces ensayado en un periplo, que comenzó en Chile y terminó de tomar forma en Uruguay, con una exigente prueba que tuvo mejor nota en el terreno que en el marcador. 

Costó a Guatemala tocar y crear peligro en esa media hora, mas luego encontraron la forma de llegar al área defendida por Raiko Arozarena, quien se agigantó bajo los palos, nunca mejor dicho, y hasta consiguió atajar un penal finalizando el primer período.

«Me voy con sensaciones encontradas, por una parte la tristeza luego de la derrota y por la otra satisfecho con mi actuación personal. Ahora toca salir enfocados ante Guadalupe para conseguir un mejor partido y sumar puntos», reconoció para JIT el portero pinareño.

Un gol de vestuario contribuyó al silencio de los planos. Apenas corría el minuto 48 cuando Darwin Lom encontró un resquicio entre Arozarena y el segundo poste, para batir la meta cubana, con un disparo cruzado. 

De ahí en más se diluyó el juego de los antillanos en el desorden, rayano en la anarquía. Costó incluso defenderse de las constantes internas por las bandas de los chapines y se perdió el manejo del balón en la media. 

Apenas pudo sacudir a Pablo Elier Sánchez del dominio guatemalteco, y en vistas de que lo planeado no superó, metió mano de la banca.

Incluso podrían empatar los Leones del Caribe con una jugada de laboratorio, tras un saque de esquina que remató el recién ingresado Yasnier Matos, pero el portero rival estuvo tan acertado como se pudo y evitó que cayera abatido su arco. 

Justo es decir que también tuvo más oportunidades Guatemala, que pareció jugar de local en un estadio abarrotado de fanáticos con camiseta blanquiazul, quienes no pararon de apoyar todo el choque.

Que el defensor Modesto Méndez resultara uno de los hombres más destacados por Cuba, explica por sí solo las exigencias que enfrentó la zaga cubana.

«Nos tocó sufrir en defensa y en líneas generales pudimos hacerlo bien, sin embargo no pudimos evitar el gol, muy pronto en la segunda mitad y desafortunadamente perdimos el choque», enfatiza Méndez.

La derrota fue inevitable a medida que pasó los minutos y el elenco caribeño intentó más con pundonor que con orden, un esfuerzo insuficiente dadas las circunstancias. 

Alguna internada esporádica resultó apenas del esfuerzo de Maykel Reyes o Matos, lo mismo que del pundonor de Paradela cuando la banda derecha profundizó con el cambio de Yunior Yuri Pérez al lateral. 

Sin embargo, el empuje era insuficiente cuando se necesitaban ideas claras y en lo individual no pudo corregirse lo que falló en lo colectivo.

«Entré enfocado a la cancha e intenté aportar como revulsivo, pero el gol no cayó, en gran medida por la actuación del portero. Eso no nos permite estar satisfechos con lo alcanzado y nos obliga a tomar notas para corregir algunas cosas en los partidos que quedan», apuntó Matos.

El golpe anímico fue contundente, como el práctico entendiendo que Guatemala era a priori el rival a vencer. No obstante, antes del desenlace, Guadalupe había logrado un empate a dos goles frente a Canadá, lo que pone a Cuba en condiciones de resarcirse de esta derrota y les conserva posibilidades de clasificar aún.

«Tuvimos muy buen comienzo y nos diluimos de un poco en un juego alejado de la táctica planteada. Obviamente era muy importante ganar a Guatemala, pero en vistas del resultado entre Guadalupe y Canadá, todavía tenemos posibilidades de pasar en este grupo», analizó el técnico cubano. 

El objetivo primero de ganar no se cumplió, eso no impide, sin embargo, que la meta de clasificar pueda lograrse, obviamente será más difícil después de un tropiezo, pero eso sí, no imposible.

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