Londres.- A RITMO de recta final continuará hoy aquí el Campeonato Mundial de atletismo, mientras genera noticias dentro y fuera de un Estadio Olímpico que cada noche parece pequeño para el público asistente.

Los londinenses han hecho de la justa su fiesta. El parque Reina Elizabeth, estrenado para los Juegos Olímpicos del 2012, sigue proyectando vida, aunque marcada por varias novedades respecto a hace cinco años.

Por ejemplo, ahora acoge un área de atracciones dotada de impresionante tecnología y conocida como Beach East. Incluye una pista de voleibol de playa y cómodas sillas para quienes prefieren “tumbarse” al sol que reina alguno de estos días y observar desde su descanso las vueltas de la gigante noria.

Quienes desean refrescarse en los momentos más “calurosos” tienen como opción, casi a las puertas del Estadio, una fuente cuyos chorros de agua constituyen todo un espectáculo de armonía y son especialmente disfrutados por los niños.

La famosa y criticada Torre Arcelor Mittal Orbit sigue desafiando a sus detractores como el clásico mirador de la urbe, pero igual de anacrónica por su poco atractiva estructura metálica.

Realmente “afea” el entorno, donde parece fuera de lugar con su diseño de acero, elevada a 114,5 metros y con forma inexplicable para la mayoría, carente del desarrollado sentido artístico de sus creadores Anish Kapoor y Cecil Balmond.

La competición como tal no ha defraudado. Cada jornada regaló emociones tremendas, y aunque muchos lloraron el revés del jamaicano Usain Bolt en los 100 metros, también se preparan para dar acogida a quien señalan como su sustituto en los corazones de la afición.

Así empieza a ser vitoreado el sudafricano Wayde Van Niekerk, quizás sin el carisma del bólido caribeño pero igual de explosivo cuando enfrenta los 400 metros, tanto que hasta puede darse el lujo de ganar como ayer casi “caminando”.

A sus 25 años recién cumplido Niekerk es ya doble monarca del planeta, campeón olímpico y recordista del orbe… Impresionante palmarés que ahora pretende incrementar desde los 200 metros, prueba que esta noche le verá en semifinales.

Si avanza, como se espera, sería su primera llegada a la discusión de preseas en esa distancia, y por eso buscará esta noche incluirse en su primera final mundial de la especialidad.

Por cierto, no estará Isaac Makwala, de Botswana, quien también se perdió la de los 400 cuando parecía el único apto para retar a Niekerk. El virus estomacal que hace estragos aquí lo sacó de competencia.

Son más de 30 los afectados por el malestar que “atacó” a residentes en el hotel Guoman Tower, desatando no pocos disgustos.

Atletas canadienses fueron los primeros en sufrir los síntomas y luego se sumaron algunos de Irlanda e Italia, además de casos aislados como el del puertorriqueño Javier Culson, eliminado en los heats de los 400 metros con vallas un día después de sufrirlo.

«Es frustrante que nos sucedan cosas inesperadas; no fui el único», dijo tras ese momentos el plateado de 2009 y 2011, y agregó que “dio” la cara pese a lo mal que asimiló la comida de la noche previa.

«Ha habido algunos casos de gastroenteritis, reportados por miembros de las delegaciones que se hospedan en uno de los hoteles oficiales», confirmó el comité organizador en medio de las críticas.

«Los afectados han recibido el apoyo tanto de su delegación como de personal médico del comité organizador», añadieron.

Eso, sin embargo, no compensa la competición perdida para quienes se prepararon durante mucho tiempo. Lástima que tal situación empañe una cita animada por lo mejor del mundo atlético actual.