Foto: Alejandro Cebreco Duvergel

La Habana.- LUIS ENRIQUE Zayas Fernández es un joven espigado y de menuda complexión, cuyo mayor anhelo es igualar las hazañas de uno de los íconos del deporte revolucionario cubano, el saltador de altura Javier Sotomayor.

Con apenas 19 años de edad se perfila entre las jóvenes promesas de esa especialidad del atletismo, en la que su ídolo ostenta el récord mundial.

Originario del Distrito José Martí, en Santiago de Cuba, recordó su llegada al deporte: «Primero estuve en polo acuático, pero me enfermaba mucho, y a partir de entonces, como mi mamá era profesora de la Pista Rekortán, me hizo una prueba, vio que tenía resultados y juntos decidimos cambiar para el atletismo. Ahí estoy desde los 11 años».

Narró que entonces cubría los eventos de velocidad, salto largo, bala, vallas y 1 000 metros, pero luego comenzó a acercarse al salto de altura.

«Me gustó y a partir de séptimo grado me decidí por esa especialidad. Ese año salté 1,65 metros y obtuve la medalla de plata en la Liga Pioneril», puntualizó.

«En octavo grado me seleccionaron para la EIDE Capitán Orestes Acosta, y recuerdo que salté 1,85 bajo la tutela del profesor Daniel Guerra, quien me llevó al bronce en los Juegos Escolares. En la edición siguiente pude ganar la plata con 1,95 metros», evocó.

Cuando se le pregunta por sus paradigmas deportivos no tarda en señalar al Sotomayor, inmortalizado con el epíteto de “Príncipe de las alturas” y dueño de la supremacía universal (2,45), pero también admira al catarí Mutaz Essa Barshim y el ucraniano Bohdan Bondarenko.

Desde los 15 años “Luisitín”, como le llaman sus compañeros, es parte del equipo nacional, y sobre sus experiencias como parte del mismo, refirió: «Cuando llegué empecé con 2,13 metros, y el próximo año logré 2,18, pero no todo ha sido sonrisas, porque en la temporada 2014-2015 me “estanqué” en los 2,16. Sin embargo seguí adelante con la ayuda de mi entrenador Bárbaro Díaz, y pude asistir a los panamericanos juveniles de Colombia y Canadá, y en ese último fui plata».

El 2016 ha sido un año importante en su carrera, fundamentalmente marcado por su presea plateada en el Grand Prix celebrado en tierras colombianas y la corona obtenida en el Campeonato Mundial para menores de 20 años efectuado en la ciudad polaca de Bydgoszcz.

Sobre esta última competencia en particular, remarcó: «No me lo esperaba, principalmente porque en los últimos meses me había detenido en los resultados. A pesar de llegar con un salto discreto de 2,16 me crecí en la final, en la que no tuve fallos, y gané con 2,27 metros, que fue marca personal y lo mejor de la temporada.

»Fue el paso inicial para seguir la historia de Sotomayor, quien hace 30 años fue el primer cubano ganador en una competencia de esa categoría, y desde entonces ningún saltador de nuestro país lo había logrado nuevamente.»

¿Cómo te proyectas ahora?, preguntó JIT.

«Eso fue un impulso para mí, e hice el intento de asistir a Río 2016, pero me quedé a dos centímetros, pues la marca válida era de 2,29 metros. Quiero ir a un mundial de mayores, y a unos Juegos Olímpicos, ganar e igualar o superar el récord de Sotomayor. Para eso espero seguir contando con el apoyo de mis entrenadores y de mi familia, especialmente de mi madre, Tania Fernández», concluyó.