Santo Domingo. - SE REITERA que lo más difícil en el béisbol es batear, mucho más cuando el pitcheo enfrentado es novedad para quienes comparecen al home.

No por gusto los Tigres de Ciego de Ávila archivaron el peor promedio colectivo entre los cinco elencos concurrentes a la edición 58 de la Serie del Caribe, sin tener en cuenta lo que suceda hoy en el duelo final entre el mexicano Venados de Mazatlán y el venezolano Tigres de Aragua.

Los elegidos de Roger Machado conectaron para .203, mientras el líder de la fiesta, el invicto elenco azteca, compiló para .322 y tuvo en la ofensiva una de sus sólidas armas.

Tales estadísticas confirman que los bates cubanos estuvieron “anestesiados” y dejó sin apoyatura a un inestable cuerpo de lanzadores que concedió 22 bases por bolas, a razón de casi seis por juego y admitió promedio de 6.40 carreras limpias por cada nueve entadas.

Realmente así es quimérico pensar en el triunfo, amén de cualquier valoración sobre decisiones técnicas, condicionadas todo el tiempo por la necesidad de buscar alternativas capaces de darle un vuelco a la situación.

Los cubanos fueron los únicos que no pegaron jonrón, y hombres importantes al ataque, léase los responsabilizados con los puestos cuatro y cinco, no cumplieron el rol asignado.

Yulieski Gourriel fue el mejor de todos con .450, pero solo empujó  una desde el tercer escaño, aunque tuvo oportunidades. Alfredo Despaigne firmó anémico .167, también con apenas una remolcada como cuarto hombre, y en el siguiente puesto hubo variaciones, todas sin resultados.

En resumen únicamente totalizaron 11 las carreras, igual que sucedió a los dominicanos, las más bajas producciones colectivas del campeonato.

A ello debe agregarse que los cubanos se tomaron 35 ponches, los que más, con José Adolis García (6), Yoelvis Fiss (5) y Yulieski (4) a la cabeza de ese negativo departamento.

Hay mucho para argumentar lo mal de la ofensiva cubana, como el número de carreras producidas y el de dejados en bases (34 en la preliminar y 12 en la semifinal).

Del pitcheo no está dicho todo, pero baste para ilustrar que toleró 33 anotaciones, la más alta para staff alguno, y de ellas solo una sucia, además de soportar par de cuadrangulares, igual que Puerto Rico y México.

Como buen timonel Roger Machado buscó mejor desempeño de la armada, pero el terreno terminó por negarle ese deseo.

Reconoció que la justa le dejó muy mal sabor en el ámbito competitivo, aunque destacó la entrega de los atletas, y los seguidores del deporte nacional en la isla tuvieron que conformarse con un solo éxito, concretado ante el elenco de casa.

México será la sede del próximo año. Hasta entonces vale valorar los pro y contra, si se toma en cuenta que los cubanos asistirán con un equipo recién coronado campeón de su Liga, dado por el anunciado cambio de fecha de inicio y fin de la venidera serie 56.