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La Habana.- TRECE años después Malú volvió a correr. Luego de varios de pasión por el deporte e incluso como atleta de gimnasia hasta en equipos nacionales debió despedirse de realizar esa actividad por la pérdida de una porción de su extremidad inferior derecha.

Sin embargo, a través de amigos hace unos días le llegó nuevamente esa felicidad y la posibilidad de integrarse al deporte para discapacitados en alguna especialidad del atletismo. Por lo pronto ya corrió en un salón del Complejo Ortopédico Frank País y sus emociones la desbordan de nuevo.

Llegaron de la mano de la firma alemana Ottobock, dedicada a implementos, prótesis y servicios a personas que los usan, están en Cuba como parte de sus proyectos por países del mundo como Brasil, China y Rusia, y pretenden extenderlos a otros.

María Luz Pérez, emocionada desde el primer momento por colocarse el aparato y correr, también se estremeció al ver el video realizado con ella y hasta ver a otro joven hacer lo mismo en un salón del hotel Meliá Cohíba, quien de la dicha también exhibió la nueva extensión y sus posibilidades a los expertos y periodistas presentes.

«Se trata en nuestros casos de propiciar que seis atletas cubanos con buenas posibilidades de competir en eventos internacionales sean clasificados desde el punto de vista médico ante el Comité Paralímpico Internacional (IPC por siglas en inglés) y puedan luego participar y hasta obtener plazas para los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro en el 2016», explicó la actual coordinadora nacional de deportes de la Asociación Cubana de Limitados Físico-Motores (ACLIFIM).

Ese fue el tema principal expuesto por el campeón de Londres´12 en los 100 m categoría T42, el alemán Heinrich Popow, quien además ostenta el récord mundial de 12.11 segundos, uno de los beneficiados por los proyectos de esa entidad, cuya presencia es reconocida en 55 países y  en los principales escenarios internacionales como olimpiadas y campeonatos mundiales.

Popow en su exposición de Running Clinic argumentó la relación con la mencionada instalación médica y mencionó algunos pasos siguientes en la colaboración como la donación de 12 sillas de ruedas para el equipo de baloncesto y la instalación de un taller para la producción en serie en la zona especial de desarrollo de Mariel.

Hans George Näder, presidente y dueño de la firma, resaltó los nexos con Cuba desde hace 35 años, ahora con estos y otros pasos en vías de incrementarse, principalmente en la esfera del deporte, sin dudas una posibilidad de abrir sus horizontes participativos.

Por lo pronto Malú sueña con la modalidad en que pudiera volver a competir ya con una primera «sensación inexplicable con el fleje (como lo llama) luego de cinco años con otro tipo de prótesis con que no puedo hacerlo».

Ella conoce que es poco tiempo hasta la cita carioca pero espera «poner todo mi esfuerzo para estar allí, tengo la disciplina y los deseos, veremos cómo hacemos los entrenamientos», sentenció con la expresión segura de alguien motivado ante una prueba, cuyo debut sería posible en los Juegos Parapanamericanos de Toronto´15.

Junto a todos los programas intensificados cada año para llevar más posibilidades y calidad de vida a los discapacitados cubanos, estas nuevas del deporte son muy alentadoras en una fecha tan significativa como hoy.