Veracruz.- UN BUSTO de nuestro Héroe Nacional José Martí se levanta aquí a pocos metros de la costa como símbolo perenne de la fraternal e histórica amistad que une a los pueblos de Cuba y México.

Desde su colocación, hace ya varias décadas, tanto esa zona de playa como la amplia vía que conduce al sitio son identificadas por los lugareños con el apellido del apóstol como eterno tributo a su presencia en esta ciudad portuaria cuyo extenso malecón nos recuerda a La Habana.

Es también la evocación a quienes llegaron a la urbe como consecuencia de sus ideales independentistas y otras razones asociadas a la prolongada lucha de la isla contra España durante la segunda mitad del siglo XIX.

El 8 de febrero de 1875 arribó Martí a Veracruz a bordo del vapor City of Mérida y dos días más tarde emprendió viaje por vía férrea hacia la capital que según sus propias palabras (...) siempre tuvo corazones de oro, y brazos sin espinas, donde se ampara sin miedo el extranjero.

Cuenta la historia que la misma noche de su llegada asistió a una velada en el Club Máximo Gómez, donde hizo una descripción tan sentimental de la guerra sostenida por Cuba, que hombres y mujeres, cubanos y mexicanos, se sintieron embargados por el dolor, y unió así el pensamiento de todos en uno solo: pelear por una República libre.

La continuidad de aquel sentimiento de solidaridad encontrada por él contribuyó a que Fidel y sus compañeros zarparan desde Tuxpan el 25 de noviembre de 1956 a bordo del yate Granma para iniciar la gesta revolucionaria que se concretaría con el triunfo de enero de 1959.

Motivos suficientes para que la delegación cubana asistente a los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe rindiera homenaje al autor intelectual al asalto al Cuartel Moncada frente al busto erigido en su honor, donde una representación de sus integrantes colocó una ofrenda floral de manos de los campeones olímpicos Mijaín López y Javier Sotomayor.

“Nos corresponde continuar honrándole en los escenarios de competencia para que viva con nosotros en los aplausos que generen nuestras actuaciones”, expresó entonces el presidente del INDER Antonio Becali como agradecimiento al cariño y respeto del pueblo mexicano al inspirador de los sueños de varias generaciones de cubanos.

No por casualidad fue México la tierra que le permite conocer desde muy temprano la tragedia de los aborígenes y despertar en él un sincero amor por los indígenas del continente, a quienes considera con suficiente inteligencia y capacidad a juzgar por el desarrollo alcanzado en sus civilizaciones anteriores.

Tal apreciación le lleva a asegurar que sin ellos no podrá concebirse el verdadero e integral progreso de la gran familia latinoamericana, esa que se reúne por estos días de fiesta deportiva.