Camagüey.- AUNQUE sus vitrinas atesoran premios de alto rango como tres coronas mundiales y otras tantas medallas de bronce olímpicas, el púgil Lázaro Álvarez se niega a declararse satisfecho.

Todo lo contrario. Tras el descanso que siguió al único certamen universal en que no accedió al podio, volvió a los entrenamientos, sorteó algunas dificultades de salud y celebró cinco pleitos en la eliminatoria occidental de la Serie Nacional.

«Fue parte del proceso de entrenamiento, al que damos continuidad aquí», dijo a JIT en medio de la gran final, que ya le vio aportar otro par de triunfos a Pinar del Río sobre el cuadrilátero instalado en el Palacio de los Deportes Rafael Fortún.

«Son varios los compromisos que están por delante, incluida la incorporación a los circuitos profesionales, y eso me tiene muy estimulado, como sucede con el resto de los atletas», aseguró este zurdo de técnica depurada, nacido el 28 de enero de 1991.

Dueño de un estilo que combina rapidez, buena defensa y capacidad para colocar los golpes con precisión “quirúrgica”, Lázaro recordó que el próximo año traerá retos en los que pretende incrementar su botín histórico.

«Van a ser importantes para mí, para mi equipo y para Cuba, los Juegos Centroamericanos y del Caribe y los Juegos Panamericanos, en los que deseo volver a ser campeón», sostuvo sobre citas a las que llegaría con dos y tres fajas, respectivamente.

Y tras una pequeña pausa, añadió que también será una temporada de certamen del orbe, que visualiza como excelente oportunidad para desquitarse de la eliminación sufrida en la del pasado año, y retornar a la cima luego de ser segundo en las del 2017 y 2019.

De regreso a su presencia en la definición del clásico doméstico por equipos, explicó que la asume en los 63 kilos porque fue esa la división en que cubrió el segmento clasificatorio y el reglamento impide movimientos posteriores.

«Ya está todo diseñado para retornar sin problemas a los 60 kilos», aseveró, y declaró sentirse «más tranquilo» después de enfrentar ciertos altibajos en su carrera, algo que consideró asociado a las exigencias de la alta competencia.

«Siempre voy a darlo todo hasta el final, sin cansarme de luchar por lo que me he propuesto, que es seguir enriqueciendo mi trayectoria hasta que llegue el momento del retiro», enfatizó.

Casi a cierre, a tono con la reciente decisión de que la Federación Cubana de Boxeo tenga presencia en escenarios profesionales, sostuvo que se trata de un paso a enfrentar en forma óptima, «para demostrar que también a ese nivel Cuba puede imponerse».

¿En lo personal?, quisimos saber antes de la despedida, y su respuesta fue categórica: «Me viene muy bien, porque se convierte en otra motivación para seguir esforzándome después de haberme probado en el resto de los eventos, y seguir dándole triunfos al pueblo de Cuba».