La Habana.- LO QUE hasta el martes parecía un hecho “casi” consumado terminó por serlo este miércoles cuando el presidente de la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBCP), Juan Francisco Puello Herrera, sentenció que Cuba «no está invitado» a la Serie del Caribe de Mazatlán 2021.

«Lo de Cuba es algo que ya yo había cerrado ese capítulo», dijo en declaraciones difundidas desde la capital de Puerto Rico, sede de la versión actual del certamen regional.

«En el 2021, van dos equipos, dos ligas (aparte de las tradicionales naciones Venezuela, México, República Dominicana y Puerto Rico), en este caso, Colombia y Panamá», añadió el sitio digital www.mlb.com.

«Pero Cuba no está invitado para la próxima Serie del Caribe en Mazatlán», sostuvo sobre un país fundador de la justa, concursante como invitado desde el 2014 y ausentado ahora debido a la imposibilidad de tramitar los visados para una sede con estatus de Estado Libre Asociado de Estados Unidos.

La posición de Puello Herrera incrementa el escepticismo en relación con un comunicado precedente, en que la CBCP aseguró acoger «con beneplácito la posibilidad de que Colombia, Panamá y Cuba sean miembros plenos del organismo…», y hace recordar lo expuesto al respecto en la declaración emitida el 10 de enero por la Federación Cubana de Béisbol (FCB).

«Su posición al respecto –dijo esta sobre la imposibilidad de que el campeón de la 59 Serie Nacional viajara a San Juan- se ajusta al matiz igualmente ambiguo con que ha manejado la no aceptación de Cuba como miembro pleno de la CBPC, asunto en torno al cual ha esgrimido argumentos inciertos e ilegítimos».

La FCB precisó entonces que Puello Herrera «aceptó –eso sí– que asignar ese estatus a Cuba afectaría los vínculos de su entidad con la MLB».

Y denunció un pronunciamiento suyo que pone todo en claro sobre el asunto: «Si entramos a Cuba eso significa que el convenio con las Grandes Ligas corre el riesgo de que no lo tengamos. La confederación no puede, si quiere mantener su relación con MLB, ingresar a Cuba ahora».

Por eso no sorprende su mirada hacia Cuba como «caso cerrado», aunque es fácil suponer que vuelve a estar lejos de la verdad.