La Habana.- EL AÑO 2018 llega a su fin y uno de los deportes más espectaculares del concierto olímpico, el taekwondo, cerró en Cuba por todo lo alto, con un seminario de Poomsae en la Escuela Nacional de Combate ubicada al este de esta urbe.

Allí, los españoles Yolanda Ubero, campeona europea y mundial, Christian Jaime, presidente del Club de Taekwondo San Agustín del Guadalix-Madrid, y el excelso Ángel Muñoz, volcaron sus experiencias a cubanos que buscarán el boleto para  la convocatoria multideportiva continental de Lima 2019.

Entre los más aplicados estaban Alejandro Pando y Tania Indira Delgado, de los principales exponentes de la modalidad, y quienes deben liderar –además- al quinteto de Free Style y el par mixto de marzo próximo en la clasificatoria dominicana para Lima.

Antes, los practicantes de la disciplina vivieron grandes emociones en el principal compromiso del deporte cubano en el año, pues en el caluroso agosto ganaron los Juegos Centroamericanos y del Caribe acogidos por Barranquilla.

Aunque en la caribeña ciudad colombiana no estuvieron a su nivel dos pilares cubanos, Glenhis Hernández y Yania Aguirre, monarca y bronceada mundial respectivamente, sus compatriotas marcaron un hito con seis títulos, la mayor cantidad de doradas conquistadas por ellos en la historia de la cita regional más antigua del planeta.

No solo duplicaron lo hecho en la versión precedente de Veracruz, sino que impusieron la maestría forjada en la escuela nacional que lleva el nombre del extinto Ramiro Chirino, de los reconocidos maestros de las artes marciales en el hemisferio occidental.

En la ciudad cafetera se titularon el bronceado olímpico Robelis Despaigne, José Ángel Cobas, subcampeón del orbe juvenil; Rafael Alba, dorado mundial; Glienys Marubenis Castillo, Tamara Robles y Arlettys de la Caridad Acosta.

Allí llegaron con mucho menos competencias internacionales que sus similares en la zona, lo que incrementa el valor de la eficiencia.

Empero, tuvieron excelente fogueo en campamentos desarrollados en Perú, para los varones, y México para las chicas.

Justamente fue en la nación azteca, en la ciudad de Monterrey, capital del estado de Nuevo León, donde consiguieron boletos para los Juegos Centrocaribes, pero en el Poomsae no se pudo hacer el grado con Pando y Delgado.

El venidero 2019 trae para el primer trimestre definitorios exámenes. La disciplina tendrá del 8 al 10 de marzo en República Dominicana la eliminatoria para los Juegos Panamericanos de Lima, y a seguidas el Abierto categoría G1.

El objetivo es clasificar al menos a un practicante de Poomsae y en combate a los ocho representantes, cuatro hembras e igual número de varones, que contenderán en las categorías olímpicas camino a Tokio 2020.

Según lo dictaminado por los organizadores, a Lima únicamente puede ir un atleta por selección nacional por división (58, 68, 80 y +80 kg entre hombres, y 49, 57, 67 y +67 kg entre mujeres.

Para Kyorugi hay 109 plazas disponibles y para Poomsae 31, indica la confederación continental de la disciplina, conocida popularmente por sus siglas PATU.

En combate se pondrán en convocatoria 48 cupos para varones y 44 mujeres.

A eso  hay que sumar los ocho pases libres del país anfitrión y los nueve wild cards que dará PATU.

Para el Poomsae se reservaron 31 boletos, para las cuales la PATU escogerá a seis naciones, incluida Perú, para free style individual. De esos se conformará el grupo para el torneo por equipos.

Las escuadras deberán seleccionar a un hombre y una mujer para que compitan en el tradicional de parejas e individual.

A lo interno, la federación local organiza un competitivo campeonato nacional.