La Habana.- UNA nueva polémica “enciende” las canchas de tenis con decisiones arbitrales y reacciones de los jugadores. Esta vez son la estadounidense Serena Williams y el árbitro portugués Carlos Ramos los protagonistas durante la final femenina del Abierto del país norteño.
La ex número uno del mundo fue amonestada por recibir instrucciones de su entrenador desde una zona no permitida, por lanzar su raqueta contra el suelo y además llamar ladrón al encargado de impartir justicia, luego de que le quitara un punto como sanción.
«Le dije ladrón porque me robó un punto. Hay hombres que dicen cosas peores. ¿Me multan a mí por ser mujer? Eso no está bien», declaró a varios medios la ganadora de 23 torneos de Grand Slam, molesta por la diferencia de tratamiento entre uno y otro sexo en su deporte.
La WTA (Asociación Femenina de Tenis) , representada por su presidente Seve Simon, reconoció que existen diferencias en los estándares de diferencia para unos y otros, y llamó a la revisión en tal sentido.
«Creemos que no debería haber diferencia en el estándar de tolerancia respecto a las emociones expresadas por hombres y mujeres y la WTA está decidida a trabajar con el deporte para asegurar que todos los jugadores reciban el mismo trato», indicó en claro apoyo a lo expresado por la Williams.
Un tema similar, en cuando a diferencias por el género, sufrió la francesa Alize Cornet cuando en un partido del propio Abierto estadounidense se quitó en público la camiseta al darse cuenta que se la había colocado antes al revés.
“En el calor sofocante de Flushing Meadows de este martes, Cornet se quitó la parte superior después de notar que se la había puesto al revés durante una pausa de 10 minutos entre el segundo y el tercer set contra la sueca Johanna Larsson”, narró entonces el reporte de CNN.
“Cornet, que llegó tarde a la cancha para el partido, reaccionó con sorpresa cuando el juez Christian Rask le notificó una falta al código”, continúa la nota en la que se aclara que tal medida despertó inmediatas protestas.
En un caso similar, un hombre nunca hubiera sido requerido, por ello los organizadores del torneo se disculparon y aclararon que fue una equivocación que esperan no vuelva a repetirse.
No obstante la nota oficial también aclara que: «Las jugadoras, si lo desean, también pueden cambiarse de camiseta en un lugar más privado cerca de la cancha, cuando esté disponible. No se le impondrá un descanso en el baño en esta circunstancia».
En fin solo dos pinceladas de un tema que pudiera ser visto desde otras muchas aristas… y que seguramente tiene otros varios ejemplos para avivar nuevas polémicas.
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