La Habana.- EL REAL Madrid se acercó un peldaño más a su trofeo de campeón de liga número 36, tras vencer al Barcelona 3-2.

En el Bernabéu se escuchó más fuerte el aquí ganó que aquí jugó, porque ciertamente se vieron los blancos con más de una dificultad, encomendados a la versión vintage de Modric y al reciclado Lucas Vázquez.

El Barça comenzó presionando la salida del local en un intento de encerrarlos en su área, como ya les pasó en el partido de ida de champions, pero el City tocó con guitarra lo que ellos no pudieron con violín.

Eso sí, al minuto cinco ya estaban en ventaja tras un córner impropio de equipo grande para el Merengue, en que Lunin salió a medias dejando la puerta abierta para el remate de Christensen que arrolló sin oposición a Kross en el segundo palo.

Parecía a priori una noche más larga para los blancos, que alineaban como pudieron, con defensa improvisada y 72 años en el medio campo, sumando solo los de Kross y Modric.

Pero Vázquez encontró la forma de surfear entre defensores en el área rival hasta que Cubarsí dejó su pierna inocente como zancadilla y el árbitro sancionó con penal que convirtió Vinicius.

Xavi consiguió mandar el pelotón élite al frente, con el joven Lamine Yamal como jefe de la escuadra de asalto. 

Y vaya si hizo daño, sobre todo porque a Camavinga le tocó improvisar el papel de lateral izquierdo ante la falta de Mendy.

Y le quedó grande la tarea porque el culé le creó más de un lío, lo mismo que a Lunin y hasta al VAR, que no consiguió encontrar la prueba documental contundente para rectificar la decisión del principal de no cantar gol, por más que parecía en cámara lenta.

El partido transcurría a altas revoluciones, como suele pasar en los clásicos más allá de cuánto se juega, y otra vez Yamal metió en problemas al Madrid con un remate que soltó Lunin hasta la pierna de Fermín para el 2-1, otra tibieza del portero ucraniano.

Daba resultados la apuesta de Xavi, porque el goleador entraba de cambio, lo mismo que Ferrán, que tapó la trayectoria del balón molestando al portero local.

Tocaba la remontada épica a falta de 20 minutos para los Vikingos, un día más en la oficina. En el vértigo encontró el conjunto de Ancelotti mejores dividendos, porque el drakkar que capitanea navega mejor en rápidos que en aguas mansas.

Fue otra vez Lucas Vázquez protagonista de la remontada, entrando como bólido por la derecha a rematar de primera un centro de Vinicius. 

Y justo en el 90 faltaba la cereza al pastel del Merengue, esa que solía traer Bellingham, al que podrá achacársele cualquier déficit algún día menos el de la actitud.

Otra vez Lucas Vázquez entró por la derecha como Cancelo por su casa. El lateral del Blaugrana jamás encontró al madridista en el partido, y no iba a ser en el 90' cuando sirvió una pelota envenenada que dejó correr Joselu para el remate por arriba del inglés del Madrid. Golazo.

El 3-2 resultó un baño de realidad para los de la Ciudad Condal, que vieron como el acérrimo rival se alejó a 11 puntos a falta de seis jornadas. 

El Real Madrid anunció así el maridaje con la 36. Apenas falta firmar ante el notario. Puro trámite.