Santiago de Chile.- LA ASPIRACIÓN cubana de volver a una final panamericana del baloncesto, veinte años después de la anterior, se esfumó hoy poco después de cumplido el primer período ante Colombia.
Un equipo salió al primer descanso y otro muy diferente volvió a la cancha a los pocos minutos…
Jugado el primer tiempo, la pizarra mostraba cerrado marcador adverso de 16-17. En el siguiente cuarto, con toda la maquinaria desajustada, las cafeteras dominaron 28-12 y sacaron ventaja de 45-28.
La defensa antillana no funcionó más, la variedad táctica fue una quimera y la puntería otra. Costaba todo: encestar, ganar balones, conducirlo, armar las jugadas. El DT Márgaro Pedroso tiró de la banca, pero nada cambió.
Tras la parada de mitad de partido sobrevino un período “trabado”, de poca efectividad a la ofensiva y muchas faltas. La pizarra de 12-10 a favor de las amarillas no hizo otra cosa que profundizar la desventaja.
La película de los minutos finales fue la misma, sumados el desconcierto y la frustración por una derrota tan abierta, tan clara…
Las estadísticas confirman anémicos promedios de efectividad dentro de la botella (29 %) y desde más allá del perímetro (28 %), incluso respecto a lo hecho por las colombianas: 49 y 44 porcientos, respectivamente.
Solo Melisa Despaigne y la suplente Eugenia Fraguela aportaron puntos en cifras de dos dígitos, con 11 y 10 respectivamente. Por las rivales sobresalieron Carolina López (15), Jennifer Muñoz (13) y Yanet Arias (10).
En la otra semifinal, Brasil superó 77-57 a Argentina y se decidieron los partidos por las medallas de oro y bronce.
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