Santiago de Chile.- CARLOS Daniel Ramos llevaba cinco días entrenándose aquí. Observó a sus compañeros competir cada jornada hasta este miércoles, cuando le tocó cerrar la actuación cubana en el clavados de los XIX Juegos Panamericanos. ¡Y lo hizo por todo lo alto!

En las preliminares de la plataforma dio las primeras señales con acumulado de 408.60 puntos, suficientes para ocupar el cuarto renglón del listado de finalistas.

A la hora de las definiciones, cuando se necesitan las mejores habilidades, el joven capitalino se sumó como consagrado a los principales candidatos al trono, aunque la complejidad de su programa le abría un abismo ante ellos.

Con cada saltó confirmó que no vino hasta el Centro Acuático de Ñuñoa como “relleno”. Hizo gala de precisión, dominó cada giro y vuelta, y sus entradas al agua se acercaron bastante a la perfección.

Su suerte cambió con el cuarto salto, marcado por la siempre complicada parada de manos. Le fue bien en los movimientos, pero “se pasó” un poco al tocar el agua, lo suficiente –en la rigurosa opinión de los jueces– para abortar la que parecía la gran sorpresa de la noche.

«Tenemos que aprender a lidiar con la apreciación. Hay que hacerlo perfecto y a veces ni así nos califican como deberían», dijo el cubano al finalizar su programa con 443.10 puntos, una nota que no veía un cubano desde los tiempos de José Antonio Guerra, campeón de esta prueba en la edición de Río de Janeiro 2007.

«Lo más importante fue confirmar que no estoy lejos del nivel mundial, que solo hay que trabajar un poco más, competir más para que los jueces nos conozcan, que sepan de lo que somos capaces», aseguró satisfecho con su estreno en lides multideportivas de América.

El último cetro en disputa paró en manos del mexicano Randal Willars (479.40). Su compatriota Kenny Zamudio (451.60) se instaló en el tercer escaño. Entre ellos quedó el canadiense Nathan Zsombor-Murray (476.15).

Cuba, representada por cuatro varones y tres muchachas, no alcanzó medalla, pero se accedió a nueve finales. Solo la prueba sincronizada de plataforma para hombres escapó del protagonismo de los clavadistas de la Isla.

Impresionaron las incursiones del juvenil Frank Abel Rosales, dueño del cuarto lugar en el trampolín desde tres metros, así como el retorno competitivo de Luis Gustavo Cañabate, recuperado del accidente que casi le cuesta la vida.

Solo Canadá pudo arrebatarle a México alguno de los títulos. Los aztecas regresan a casa con ocho coronas, por dos los norteños.