Por Eyleen Ríos, enviada especial
Barranquilla.- ESTA es de esas ocasiones en que son tantos los buenos momentos para comenzar la historia, que no sabes por dónde hacerlo. Resumir en unas líneas lo sucedido esta noche en el atletismo de estos XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe es una tarea casi imposible.
Pero como de cualquier manera siempre hay que elegir un inicio lo más acertado parece ser dedicarlo a los tremendos cierres de los relevos 4x400 de hombres y mujeres, en especial el de ellas, que no eran favoritas y tuvieron en Roxana Gómez a una cuarta corredora de lujo.
Aunque esos eventos demanda trabajo de equipo, porque y sin alguno de sus complementos no sale el resultado, el colofón aportado por la menudita cienfueguera dejó sin palabras a más de uno.
Infiltrada en la mañana para reducir la molestia de su pierna derecha, Roxana concursó como si nada pasara y selló el tiempo de 3:29.48 minutos, que además de oro, dejó récord para estas citas, borrando los 3:29.65 impuestos en Maracaibo 1998 por la propia Cuba.
Zurian Hechevarría, Rose Mary Almanza y Gilda Casanova completaron la cuarteta que tocó la gloria y dejó a no pocos sin voz en el repleto estadio Rafael Cotes, donde se premiaron las muestras de valor sin importar el país del protagonista.
Rose Mary hizo triple su fiesta, pues ganadora antes de los 800 y 1500 es desde ahora la única mujer con una actuación semejante en una sola cita.
Los hombres salieron a la pista pocos minutos después, cuando todavía no se habían calmado los nervios, y realmente contribuyeron muy poco a que eso sucediera. Leandro Zamora, Adrián Chacón y Raydel Rojas antecedieron, en ese orden, a Yoandys Lescay, el cerrador nato de esta prueba.
Los dominicanos se sintieron confiados con los hermanos Santos –Luguelín y Juander–, pero no han visto correr el último tramo a Lescay… Y fue un escándalo: tomó el batón como quinto y desde la recta norte comenzó a sobrepasar a Andito Charles... Un adelantamiento completado en la penúltima curva y mantenido hasta el definitivo crono dorado 3:03.87 minutos.
Con 3:03.92 entraron los quisqueyanos y muchos de sus compatriotas celebraron desde la gradas porque pensaban suyo el triunfo, pero pronto el anuncio de la pizarra les “auguó” la fiesta, que sin dudas era toda cubana.
«Teníamos la presión de saber que éramos los últimos y nuestra medalla sería la décima», dijo Lescay, único repitiente de la estafeta ganadora hace cuatro años en Veracruz.
Un «enorme agradecimiento» para los que están detrás de ese resultado y en especial a su entrenadora Eloina Kerr fue la mejor de las despedidas para el líder de un colectivo finalista en las dos últimas ediciones mundiales.
Antes de que toda esa algarabía pusiera fin a la noche, los cubanos disfrutaron también los oros de Cristian Nápoles en el triple y Lázaro Borges en la pértiga, además de plata y bronce en esas pruebas.
Nápoles buscó un primer salto de marca personal y lo logró con 17,34 metros a la postre fueron inalcanzables, incluso para su compañero, el campeón mundial juvenil Jordan Díaz, segundo esta vez con 17,29.
«Sabíamos que los dos primeros lugares tenían que ser para Cuba, por eso salí relajado a buscar un salto», comentó un Cristian sin buenos registros en los primeros meses del año.
En la garrocha Borges volvió a llevarse un título que fue suyo en Veracruz, pero esta vez acompañado del colombiano Walter Viafara, ambos con 5,30 metros. Como curiosidad, es la primera vez de dos oros para esta especialidad en citas regionales.
El también cubano Eduardo Nápoles subió al podio con bronce de 5,20 metros y fue la novena ocasión en que los tres premiados incluyen a dos hombres de la Isla.
Con ese asalto al oro Cuba llegó a 10 , a falta de las maratones de este viernes, y se acercó al pronóstico traído, aunque en sentido general la valoración parece buena, pues sumó siete platas y nueve bronces para un total de 27 metales.
Con tal cifra dominó por países y demostró que la nueva generación está apta para asumir el reto de los Juegos Panamericanos el próximo año y los olímpicos de Tokio 2020.
Sin descuidar que restan temas por analizar, que vuelven a pasar por el conocido balance de quién sobrepasó o se aproximó a sus mejores marcas en la cita fundamental.
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