Por Rudens Tembrás Arcia, enviado especial

Barranquilla.- LAS POTENCIAS en una disciplina deportiva no dan ni piden tregua. Su sed de victorias está siempre presente, inamovible. Por eso los luchadores cubanos son tan respetados en la región y más allá.

Este jueves, en el coliseo Chelo del Castro, de la Universidad del Atlántico, cuatro hombres del estilo libre pasearon la distancia y concretaron la promesa de hacer trabajo perfecto en la lidia: seis medallas de oro.

Franklin Marén (74 kg), Yudenny Alpajón (125 kg), Reineris Sala (97 kg) y Yurieski Torreblanca (86 kg) fueron imbatibles y subieron a lo más alto del podio, como mismo habían hecho en la jornada previa Reineris Andreu (57 kg) y Alejandro Valdés (65 kg).

Marén reemplazó en esta tarea al varias veces medallista mundial y bronce olímpico Liván López, y cumplió con autoridad la tarea encomendada. 

Inició su bregar con triunfo ajustado sobre el venezolano Kervin Olivares, luego vapuleó 11-0 al colombiano Nestor Tafur y finalmente venció al boricua Franklin Gómez (5-0), medallista mundial y olímpico.

«Hicimos una preparación muy intensa para esta competencia y logramos actuación perfecta. Yo no soy un 74 kg, pero me tocó sustituir a Liván sin variar el objetivo de alcanzar el oro. En cuanto a la final contra Gómez, ya nos habíamos enfrentado en La Habana y salí victorioso. Ahora pensé en una pelea abierta, pero fue todo lo contrario y entonces la resolví con velocidad y un buen contraataque», comentó el campeón de estreno. 

Alpajón tuvo una jornada ajetreada, pues realizó un total de cinco combates y en todos salió por la puerta ancha: frente al mexicano Eduardo García (10-0), el panameño Orlando Arispe (4-0), el salvadoreño José Noel Erazo (10-0), el boricua Marcos Santos (10-0) y el venezolano Luis Vivenes (10-8).

«Esta ha sido una competencia de nivel, no máximo, pero tampoco un paseo. Son luchadores y no puedes confiarte. El objetivo de barrer se cumplió y eso nos alegra a todos. En lo personal quiero agradecer a Mijaín López, Oscar Pino y al profesor Raúl Trujillo, del estilo grecorromano, por el apoyo que me brindaron en la preparación. También a mi colectivo técnico dirigido por Julio Mendieta. En el primer combate me sentí un poco cansado, eso es normal, pero luego levanté y gané fácil en todas las presentaciones», señaló el gigante cubano. 

Sala fue el único de la lista que repitió corona de hace cuatro años, en Veracruz, aunque subiendo de la división de los 86 kg. Venció en línea al dominicano Luis Pérez (7-1), al venezolano José Díaz (3-1) y al puertorriqueño Charles Merrill (10-0).

«Tuve el privilegio de compartir el grupo con los mejores de la división, y en verdad no luché al máximo porque entendí que no era necesario. Fui trazando las cosas, como pelear del modo adecuado cuando se tienen pocos puntos de ventaja, entre otras cuestiones que se van aprendiendo. Hice una buena competencia y estoy contento», expresó el doble subcampeón universal.

Torreblanca sorteó también tres obstáculos para colgarse la dorada, a decir el nicaragüense Yadir Cerda (6-0), el venezolano Pedro Ceballo (4-1) y el colombiano Carlos Izquierdo (3-0).

«La competencia se dio como esperaba, acorde a mi preparación, y por eso obtuve la medalla dorada. Trabajé con los halones, los derribos y pases atrás, y así vencí a cada oponente. Hubo un poco de tensión al final, pues la última presentación era ante un local, pero todo se dio bien aunque me defendió varias acciones y tuve que presionar para que los jueces no pudieran decidir», relató el camagüeyano.  

En términos generales, el equipo de libristas mejoró su actuación de la urbe tapatía, pues en aquella ocasión celebraron cuatro coronas.