Por Rudens Tembrás Arcia, enviado especial

Barranquilla.- COLOMBIA, según las propias palabras del titular de su comité olímpico, Baltazar Medina, tenía el propósito de dominar los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe. Cuba quería lo mismo. Y México se ha llevado el "gato al agua" por su solidez en gran parte de las disciplinas convocadas.

«Yo sé que usted quisiera una respuesta negativa, pero sí, nos hemos preparado para ganar. Somos conscientes de que tenemos dos rivales muy fuertes en Cuba y México, pero confiamos en el talento y la preparación de nuestros atletas», dijo a JIT el directivo cafetero a solo horas de que se inaugurara la cita en el estadio Roberto Melendez, hace ya dos semanas.

La realidad rebasó a Baltazar por mucho, pues el paso de México se hizo insostenible para cubanos y colombianos, una realidad acrecentada por un diseño de calendario que reservó para los últimos cuatro días la mayor cantidad de opciones de la Isla.

En resumen: México se llevará los Juegos por sobre Cuba, algo sin antecedentes desde 1966; y Colombia no solo permanecerá en el tercer escaño, sino que dejará de crecer como se le había vaticinado a priori, en atención a la tendencia de los países anfitriones.

Un solo dato: en Veracruz los cafeteros lograron 70 coronas y ahora, en la penúltima fecha, todavía no llegan a esa cifra. La van a superar, pero no en la cuantía esperada. Tampoco, lógicamente, se acercarán demasiado a una Cuba que debe rozar los cien triunfos y acomodarse segunda.

Sin embargo, Colombia guardará gratos recuerdos de esta fiesta deportiva y tres de ellos, sobre todo, tienen que ver con actuaciones frente a Cuba.

La primera de esas ocurrió la noche de la final del básquet femenino, cuando en un partido impensado las locales batieron a las nuestras 67-65. De esa manera quedó rota una estela de diez triunfos seguidos de las cubanas, invencibles siempre que participaron a partir de Panamá 1970.

Anoche los "golpes" colombianos fueron dos, pues en las semifinales del baloncesto masculino mayorearon a los alumnos de José Ramírez por 78-69, y en las del voleibol a los comandados por Nicolás Vives tres sets por dos. 

Esos acontecimientos tuvieron amplia difusión a través de los medios locales, y al día siguiente la noticia, los sentimientos, han estado en la calle.

Esa es la fuerza de los deportes colectivos, su magia, su poder. Mientras nuestro medallero mejoraba este miércoles a lo largo del día, y con el los estados de ánimo de todos, la noche fue oscura y el sueño sobresaltado a causa de esos batacazos.

Así es el deporte, y lo bueno es que siempre deja espacio para la revancha.