Por Eyleen Ríos, enviada especial
Barranquilla.- A LA CITA múltideportiva más antigua del mundo se le están acabando las horas. Casi se ha repartido todas sus medallas y son variadas las historias salidas de los más de 10 días de competencias vividos ya.
Luego de 72 años de acoger estas justas por primera vez, los barranquilleros volvieron ser magníficos anfitriones, sobre todo son gente muy amable y sobran los ejemplos de los voluntarios o coordinadores dispuestos ante cualquier solicitud, incluso a variar un cronograma para ayudar en medio de la dinámica que implica el trabajo aquí.
Holman en el transporte desde el centro de prensa a las instalaciones, Daniela y Gabriela comunicadoras sociales que ahora ayudaron desde el tiro y el Complejo Acuático, o Sofía “copiloto” de la minivan encargada del recorrido hasta el estadio Rafael Cotes.
Ellos son solo algunos ejemplos de los muchos que hemos encontrado en las largas jornadas que implican ir de un lado a otro tras las noticias, las imágenes de un ganador o las declaraciones tras el triunfo.
Si a todos los dedicados a cubrir desde los medios de prensa nos preguntan un término para definir a los habitantes de esta ciudad, creo que la mayoría elegiríamos amabilidad… y es que es sin dudas así es esta gente, con el orgullo de caribeños a la orden y cálidos como su clima.
El tema del lenguaje es otra cosa… los localismos nos tienen sorprendidos y nos regresaremos a la Isla sin poder entenderlos todos… por ejemplo el cesto de basura es para ellos una caneca… la llovizna en “nuestro español” aquí es serenar… y vaina puede ser cualquier objeto, así literalmente desde una computadora, incluso hasta un animal.
Tan disímiles códigos tiene su lenguaje particular que incluso lo han apodado “barranquillol” y se precian de que el nacido aquí camina y baila arrebataó… por eso no puede hablar de otra manera…
Para ellos nuestro frijol colorado es la Zaragoza y la Caraota es el negro para nosotros… cuando de un problema se trata, vaya de una bronca en Cuba, pues aquí es un bololó…
En cuanto a frases arraigadas tampoco se quedan detrás, por ejemplo ellos no dicen simplemente que se siente mucho calor, aquí se dice “Cipote e´ tronco é calor, verdá?...
Y es que Cipote refiere grandeza, es la palabra que utilizan para hacerte comprender que algo es de mucha dimensión. El “ajá” como afirmación es más utilizado que el Sí y a los amigos se dicen Cuadro…
En fin que hablamos el mismo español, nos entendemos sin problemas… pero en algunos términos siempre tendremos que pedir la explicación, sobre todo porque algunos de sus localismos “se las traen” y es mejor preguntar antes de cometer una indiscreción…
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