Foto: Por Ricardo López Hevia.
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Por Eyleen Ríos, enviada especial
Barranquilla.- AUNQUE será mañana cuando se conozcan más detalles, lo sucedido hoy con el saltador de longitud Juan Miguel Echevarría trajo incertidumbre en el atletismo cubano, que vivió su tercera jornada en estos Juegos Centroamericanos y del Caribe.
La escena fue aquella que nunca queremos ver: la estrella más reciente de la Isla se resintió una molestia que le había afectado hace unos días y debió abandonar el calentamiento en el Estadio Rafael Cotes instantes antes de que comenzara su final.
«La decisión fue rápidamente que no participara, su salud es lo primero y no puede correr ningún riesgo», comentó el entrenador Daniel Osorio, todavía impactado por lo que estaba sucediendo en ese momento con un Juan Miguel que entonces era era atendido con fomentos de hielo por el galeno de la competencia.
«Mañana se valorará con nuestros médicos y podremos tener más claridad sobre que otras medidas tomar», dijo el técnico.
Juan Miguel ya está clasificado para la final de la Liga del Diamante en los últimos días de agosto, pero ahora su participación se decidirá o no dependiendo de los estudios que se realicen.
Ante la ausencia del gran favorito, el jamaicano Ramone Bailey aprovechó para coronarse en la especialidad con 8,07 metros y dejar en plata y bronce Tyrone Smith (8,03) y el trinitario Andwuelle Wrigth (7,94).
Cuba tuvo al subcampeón mundial juvenil Maikel Vidal, pero sus 7,70 metros le dejaron en un quinto puesto, lejos de los mejores registros que puede lograr.
El salto de longitud es una prueba que está presente en estas citas desde su fundación en 1926, y no tiene como ganador a un cubano desde que en Maracaibo 1998 se impuso Iván Pedroso con los 8,45 metros que son todavía el récord del evento.
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