Por Eyleen Ríos, enviada especial
Barranquilla.- AUNQUE apenas tiene 16 años, su nombre suena desde hace tiempo cuando del clavados cubano se trata. Y es que a Anisley García le tocó muy pronto asumir papeles protagónicos en el equipo nacional.
Ya ha participado en campeonatos mundiales y series de gran prix, pero fue ahora que le llegó su gran momento, con el oro de la plataforma en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe.
El día inicial se despidió llorando por el cuarto lugar en el trampolín de un metro. Pensaba que ese era el evento propicio para subir al podio en el Centro Acuático Eduardo Movilla y se equivocó.
Desde los 10 metros tuvo un día impecable. Se “tiró” casi sin equivocaciones y recibió el premio mayor.
«No lo he asimilado todavía», reconoce varios días después de colgarse un oro que no pertenecía a la Isla desde Ponce 1993, cuando lo ganó María Elena Carmuza, quien luego sería su primera entrenadora.
La “Tuty”, como la conocen todos, nació casi en las piscinas de la Ciudad Deportiva capitalina. Su mamá Hilda Iris Navarro trabaja allí y por esa vía surgió el amor por el clavados. De esa pasión y el sacrificio hecho accedió a hablar ahora.
¿Cómo se siente ser campeona centroamericana y del Caribe?
Pensaba que estaba viviendo un sueño, pero ya sé que es una realidad y tengo que enfrentarla. Ahora me toca desempeñar un mejor papel porque ya no soy la niñita de antes y tengo que seguir representando a mi país.
Aspirabas en el trampolín de un metro, y ya ves, se dio en la plataforma…
En un metro estábamos todas parejas y se trataba de no fallar. Me tocó perder a mí, pero me dijeron que de los errores se aprende. Me recuperé porque sabía que vendrían otras posibilidades.
En tu formación han incidido entrenadores como Carmuza, Jorge Betancourt, Lino Socorro y ahora José Antonio Guerra. ¿Cuánto de cada uno hay en este triunfo?
Cada uno me ha dado muchas lecciones. Ellos vivieron sus momentos como atletas, saben de la adrenalina para competir, tienen experiencia y comparten mis emociones.
Lino, en especial, es una persona que ama lo que hace. Le gusta enseñar, compartir las ideas, lo que siente… Me ayudó muchísimo, gracias a él monté mi programa de 10 metros en tan poco tiempo y con apenas 13 años.
¿Ha sido difícil dedicarte al deporte desde tan pequeña?
Siempre me enseñaron que no era tan “chiquita” como parecía, y que debía apresurarme y crecer para el deporte. Por eso me fue un poco más fácil asimilar las cosas, aunque a veces decía: “soy una niña, entiéndanme también, tengo mis razones”.
Las repuestas siempre insistían en que “no lo eres para el clavados”, y eso me chocó tanto como ver que los niños podían jugar y yo tenía que entrenar. Al final sirvió de algo.
¿Qué le falta a la Tuty?
Queda mucho por mejorar para estar a la altura de mis deseos: entrar al grupo de las mejores competidoras del mundo. Tengo a mi favor que soy habilidosa y no me doy golpes. Lo demás todo normal, tengo un poco de todo.
¿Posees alguna guía para lograr lo que te has propuesto?
Los gimnastas Manrique Larduet y Marcia Vidiaux. Ellos lograron resultados desde muy jóvenes, quiero seguir sus pasos.
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