Por Rudens Tembrás Arcia, enviado especial

Barranquilla.- UNO DE los indicadores de calidad de cualquier evento multideportivo son los récords que engrosan los libros y exaltan las pasiones de los aficionados.

La fiesta centrocaribeña que por estos días tiene lugar en esta urbe, también conocida como Puerta de Oro de Colombia o La Arenosa, ha recibido el aroma de los nuevos límites, con destaque inicial para la natación y las pesas, aunque el tiro y el ciclismo han sumado también.

Solo en los ocho primeros días de los Juegos, las estadísticas reflejaron nada menos que 88 plusmarcas para la cita, cuando aún no tributaron a esa casilla el atletismo y el tiro con arco.

En las nuevas piscinas del Complejo Acuático, construido en tiempo precisamente “récord”, los dígitos de ensueño cayeron como agua en tiempo de tempestad, tanto en las modalidades de velocidad como en las de fondo.

Ondinas y tritones firmaron 45 nuevas cotas en 32 pruebas, divididas casi a partes iguales entre hombres (25) y mujeres (20). Nombres relevantes como el de la jamaicana Alia Atkinson y el colombiano Omar Pinzón adornaron una lista cargada de prometedoras figuras noveles, garantía de un futuro promisorio para la región.

Los “récords mojados” fueron liderados por aztecas (16) y cafeteros (8), aunque 12 naciones hallaron lugar en la selecta relación.

En la halterofilia, con sede en el coliseo Chelo del Castro, de la Universidad del Atlántico, fueron alzados un total de 32 nuevos límites, con Colombia (11) y las mujeres (19) en roles protagónicos.

Aquí cabe destacar al venezolano Julio Mayora (69 kg) y la dominicana Crismery Santana (90 kg) con seis registros cada uno, así como a la local Ana Iris Segura (48 kg) con cuatro.

En cuanto al tiro, tras cinco días de disparos, ya se acumulan ocho puntuaciones sin precedentes, repartidas entre Cuba (4), México (3) y República Dominicana (1).

En términos globales, la cuestión de los récords exhibe a México en la delantera (25), seguido por Colombia (19), y a las mujeres demostrando que su crecimiento es indetenible en el concierto deportivo de Centroamérica y el Caribe: 45 de las 88 pizarras “destrozadas” les pertenecen.

La delegación cubana muestra orgullo por las siete plusmarcas firmadas entre el pesista Luis Manuel Lauret (envión y total en +105 kg); la ciclista Marlies Mejías en la persecución individual; las tiradoras Dianelys Pérez, Eglys Cruz y Lisbet Hernández en el rifle aire a 10 m (Ind. y Equipo); Laina Pérez en la pistola 25 metros y su colega Jorge Grau en la neumática a 10 m.  

Todo indica que los Juegos de Barranquilla pasarán a la historia no solo por la calidad de su infraestructura y el calor humano de sus anfitriones, sino también porque las memorias atesorarán dígitos inigualables hasta al menos la edición de Panamá 2022.

Superar la cifra de 100 plusmarcas parece más que posible, cuestión de tiempo, y eso es algo de respeto. Ya veremos.