La Habana.- EL DEBUT de la selección cubana en el Torneo Sub-16 Uncaf-Fifa Forward de Honduras 2022 resultó una derrota sonada, precisamente ante los anfitriones.
El resultado de 4-1, más allá de evidenciar la superioridad de los catrachos, dejó entrever las carencias del equipo antillano en su ruta crítica hacia el futuro.
Algo está claro: el talento no es el problema aquí, sino el acople. Los dinamismos y la experiencia competitiva solo encuentran solución con este tipo de eventos, al jugar, equivocarse y aprender.
Errores infantiles de la defensa quedaron desnudos ante la habilidad del talentoso Bryan Sáenz, quien aprovechó para marcar un hat-trick.
No solo en la destrucción se vio margen de mejora, la creación también tuvo sus tropiezos. Lo notamos con el enésimo intento de saltar líneas con balones aéreos y encomendarse a las luces de Didier Reinoso, quien demostró tener muchas, por cierto.
El talento del joven nacido en Candelaria deslumbró a propios y extraños. Hijo del defensor pinareño y de selecciones nacionales Jesús Reinoso, validó el adagio que de casta le viene al galgo.
Didier mostró gestos técnicos de altos quilates y una garra para pedir la pelota y encarar, propia de un líder dentro de la cancha.
En la delantera se vieron otros destellos de luz alumbrando el camino: el gol de Nicolás Quiñones es un aval de las posibilidades reales de hacer daño.
Mas, el fútbol no puede entenderse como la suma lineal de sus partes, sino como un fenómeno complejo de constantes interacciones y determinismos estructurales de dependencias entre una y otra funciones.
Ni Reinoso, ni Quiñones, ni Lizardo Hernández (delantero) tienen el suficiente peso para tirar del carro, ni siquiera entre los tres pueden cubrir con el tapete las tibiezas de atrás.
No es este análisis un balde sobre los muchachos de la zaga, ni pretende otra cosa que señalar dónde redoblar esfuerzos. Tampoco puedo asegurar que todo estuvo mal allí... A pesar de los goles, puede señalarse el trabajo positivo del portero Isuhanis Ranhjí Pérez. Quizá en la colocación suya queda algo por limar, pero en todo caso muy poco.
Entiendo que el orden que se pide a la defensa y el medio campo también requiere de horas, de estudio y sobre todo de juego. Ahí radica la importancia de estos torneos.
Topar con las mejores selecciones del área resulta beneficioso para los nuestros en busca de esa experiencia competitiva. Recordemos que Honduras jugó la octagonal final, lo que no es de desdeñar a pesar del resultado.
La fiebre por la victoria puede obnubilar el entendimiento de qué pasa con este y otros equipos. Este es el comienzo del largo camino al Torneo Sub-17 de Concacaf de Guatemala 2023, clasificatorio a su vez para la copa mundial de la categoría en Perú ese mismo año.
La ausencia de un jugador u otro no justifica el fin mayor, cuestiones de mínimos no desarrollan el fútbol más que equivocarse y jugar.
Ensayar un esquema hoy, rectificar y probar otro mañana resultan el hilo de Ariadna en el complejo laberinto del fútbol en Cuba. En esas debe andar el director técnico Sandro Sevillano.
c/
|