La Habana.- LA MOTIVACIÓN se define como el señalamiento o énfasis que se manifiesta en un individuo respecto a un determinado medio de satisfacer una necesidad, favoreciendo o incentivando con ello el impulso requerido para ponerse en acción o dejar de hacerlo.
Algunos autores la califican como la raíz dinámica del comportamiento, o sea como los factores o determinantes internos que incitan a una actividad.
La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta. En filosofía y sicología, implica fases que conducen al organismo hacia metas específicas. Son los impulsos que mueven a las personas a realizar determinadas acciones y profundizar en ellas hasta haberlas finalizado.
El término se asocia a menudo con interés y voluntad. Se interpreta, además, como un ciclo en el cual los pensamientos inciden en los comportamientos, condicionando el desempeño, y este a su vez impacta en los pensamientos para que el ciclo vuelva a comenzar.
Estas etapas se componen de varias dimensiones, entre las que se encuentran esfuerzos, intenciones, creencias y retiradas, pudiendo afectar la motivación que un individuo experimenta.
En años recientes, la Sicología de la Actividad Física y el Deporte ha asumido la motivación no solo desde la óptica del atleta de alto rendimiento, sino desde la del ser humano común o del paciente que desean disminuir su nivel de sedentarismo.
Se aprecia entonces, en un primer intento de interpretación social del deporte, que es un modo de canalización de aspectos instintuales aceptable y valorizado. No es secreto que poseer un buen estado físico favorece la imagen que los demás tienen de uno mismo, aumentando la atracción entre las personas.
La motivación se encuentra entre los incentivos que nos hacen seguir practicando actividad física, pues aumenta la pasión y entrega en los entrenamientos. Pudiera agregarse que ese deslumbramiento interior nos conduce a muchas cosas, pues entendemos que realizándola recabaremos algún tipo de satisfacción de índole personal, profesional o deportiva.
En torno a la motivación se distinguen dos variantes, según su origen: pueden ser intrínsecas y extrínsecas. La primera se alcanza en virtud de lograr los objetivos que se han establecido a priori, por apreciar progreso en una determinada actividad o por el bienestar experimentado al ejecutar la preferencia.
La extrínseca, en cambio, se alcanza cuando se realiza algo con la idea de recibir a cambio algún tipo de ganancia.
Las personas se preguntan qué motiva a tanta gente a practicar deporte, sacrificando su tiempo libre y exponiéndose a lesiones y accidentes. Muchos coinciden en respuestas como la ambición, superarse a sí mismos, un instinto, un impulso, satisfacer una necesidad, etc.
K. Feige realizó una serie de investigaciones vinculadas a la motivación en el deporte. Descubrió que este último cubre necesidades a nivel biológico y fisiológico. Pero a nivel sicológico, dentro de la esfera emocional y afectiva, es un reforzador del nivel intelectual y reorienta la escala de valores delos atletas.
A través del convencimiento se logra que el deportista ande en la dirección deseada. Un método muy útil es generar creencias que le hagan experimentar el imperioso deseo de algo para ser feliz, sentirse bien u obtener reconocimiento social.
La motivación se considera un aspecto de vital importancia para las personas. Sin ella no hay vida posible. Debe existir un motivo para que valga la pena seguir viviendo, para hacer que cada día cuente.
Cada vez se hace más difícil imponerse en el deporte a nivel internacional, por lo cual los atletas brindan especial atención ala generación de razones que los ayuden a cumplir sus sueños.
|