La Habana.- NO POR repetido dejará de tener sentido el clamor de un pueblo por sus hijos, por aquellos arrebatados a la vida cuando todavía era largo su camino por recorrer.
Es por eso que, aunque siempre están presentes, cada 6 de octubre vuelven a conmovernos y escucharse con más intensidad los nombres de los 73 Mártires de Barbados, en especial los 57 miembros del deporte cubano que dejaron de existir físicamente hace hoy 41 años.
El pase de lista simbólico escuchado en la Escuela de Alto Rendimiento Cerro Pelado volvió a conmover a quienes hoy son los encargados de defender el deporte de la Isla y que orgullosamente se declaran defensores de la más justa de las causas.
«Esta Revolución es indestructible y nuestros ideales son más fuertes cada día. Nosotros los jóvenes deportistas defenderemos desde nuestras trincheras sus conquistas, romperemos el silencio al entonar nuestro himno nacional en cada podio y seguiremos firmemente los principios de Martí y Fidel», dijo el esgrimista Ringo Quintana en nombre de sus compañeros.
«Hoy la esgrima cubana está de luto, pero viva… Así como los 12 millones de cubanos que somos parte de esta bella Isla y cito esta frase colosal para aquellos que piensan que bajaremos nuestras cabezas: “Que lo sepan los nacidos y los que están por nacer, nacimos para vencer y no para ser vencidos”», exclamó Quintana.
Instantes antes, otros de sus compañeros, Yunior Reytor, Yamilka Rodríguez y Seili Mendoza, depositaron una ofrenda floral en recordación de aquellos que los inspiran a más.
El sabotaje al vuelo 455 de Cubana de Aviación enlutó a todo un pueblo, pero sobre todo le dio fuerzas para luchar contra el terrorismo y exigir la justicia que sus víctimas merecen.
Por ello no habrá descanso mientras sigan impunes los autores de tal crimen, en especial el confeso asesino Luis Posada Carriles, protegido eterno de un imperio que no ha asumido la dignidad de esta pequeña Isla.
Lo sucedido en el Cerro Pelado, con presencia del presidente del INDER Antonio Becali Garrido, el director del centro Wilmer Lewis y el funcionario de la UJC Yuris Hidalgo, resultó continuación de la habitual peregrinación vivida en la mañana en la Necrópolis de Colón.
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