París.- LA PRESENCIA de cinco campeones olímpicos de Río 2016, el movimiento de divisiones de varios jerarcas y la inscripción preliminar de 248 gladiadores distingue las jornadas previas al Campeonato Mundial de Lucha Libre, previsto para viernes y sábado próximos en la Accord Arena de esta urbe.

Un reporte de la Unión Mundial de Luchas (UWW) confirma la presencia aquí de los estelares Vladimir Khinchegashvili (GEO), Hassan Yazdani Charati (IRI), Taha Akguel (TUR), Abdulrashid Sadulaev (RUS) y Kyle Snyder (USA), monarcas en 57, 74, 125, 86 y 97 kilogramos, respectivamente.

Sin embargo, Khinchegashvili se presentará en los 61 kg; Charati en los 86 kg y Sadulaev en los 97 kg, trastocando un poco la historia vivida en la Ciudad Maravillosa hace un año exactamente.

Por supuesto que el movimiento de Sadulaev a los terrenos de Snyder hace que muchos se froten las manos, pues coincidirán sobre el colchón dos extraclases del momento.

Así las cosas, en 57 kilogramos el máximo favorito a la corona es el georgiano devenido azerí Giorgi Edisherashvili, líder europeo este año y ganador del Grand Prix de Oro en 2016.

En los 61 kg nadie duda de las posibilidades de Khinchegashvili, mas tendrá delante al monarca vigente, el estadounidense Logan Stieber; al doble titular del orbe Haji Aliev (AZE) y al rey de Asia en la actual temporada, el iraní Behnam Ehsanpoor. 

La pugna en los 65 kg, tras los movimientos de última hora, tiene como favorito al georgiano Zurabi Iakobishvili, bronce de Europa y ganador en esta misma campaña del Memorial Ziolkowski en los 70 kg.

En la categoría no olímpica de los 70 kg, el cubano devenido italiano Frank Chamizo cuenta con aval para aspirar a su tercera medalla mundial y el segundo reinado. Tras ser bronce olímpico en los 65 kg se ha pasado a esta categoría superior y ya alcanzó la corona europea.

El estadounidense Jordan Burroughs vuelve a ser la gran atracción de los 74 kg, pese a su noveno lugar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

El triple campeón mundial y rey de Londres 2012 viene a París para recuperar la gloria perdida, reto que exigirá pasar sobre otros candidatos de rigor como el turco Soner Demirtas, tercero en Río; el ruso Khetik Tsabolov, dorado universal en los 70 kg en 2014; el uzbeco Bekzod Abdurakhmanov, par de veces monarca asiático; y el cubano Liván López, quien pese a su veteranía mantiene calidad técnica y el valor de la experiencia.

Charati evaluará muy pronto si su velocidad y habilidades se mantienen igual en los 86 kilogramos, donde medirá fuerzas con destacados gladiadores como el azerí Aleksander Gostiev, doble subcampeón europeo; el turco Selim Yasar, plateado olímpico y mundial; y el estadounidense J´Den Cox, tercero en Río de Janeiro el pasado año.

Sobre los 97 kilogramos solo hay que apuntar que los vaticinios están divididos entre Kyle Snyder y Abdulrashid Sadulaev (RUS), pues ambos salieron imbatibles de Río 2016 y del Mundial de Las Vegas 2015.

Ahora dilucidarán una de las categorías más atractivas del Campeonato, en la que aparece como importante figura el cubano Reineris Sala, multimedallista en estas citas, pero en el peso inmediato inferior.

La contienda en los 125 kilogramos gira en torno al turco Taha Akguel, rey olímpico del pasado año y par de veces campeón del mundo. Sus retadores más connotados serán el bronce estival Geno Petriashvili (GEO), el ucraniano Alan Zasieiev y el azerí Jamalladin Magomedov, este último plateado hace dos años en Las Vegas.

El calendario de este estilo incluye la disputa de los 57, 61, 86 y 125 kg el viernes, reservando para el sábado los duelos en 65, 74 y 97 kg.

Cuba presenta un formidable elenco en el que junto a Liván y Reineris sobresalen Alejandro Valdés (65 kg), Yowlys Bonne (61 kg) y Yurieski Torreblanca (86 kg), todos con resultados internacionales y ansias de nuevos triunfos.

Sobre ellos pesan las mayores opciones de medallas para la Isla, que no ha dejado de subir al podio mundial en uno u otro estilo desde 1982.