Londres.- MO FARAH hizo delirar a los suyos con un tercer título mundial consecutivo en los 10 mil metros en jornada que también fue del jamaicano Usain Bolt y vio a Cuba asegurarse para las finales de pértiga y salto de longitud.

Farah no solo añadió otra corona sino que lo hizo con tiempo de 26:49.51 minutos convertido en lo mejor de la temporada desde un certamen del orbe donde convocó a recordar lo sucedido en el 2012 en el Estadio Olímpico londinense.

Lleno total se vivió en la instalación del Parque Reina Elizabeth, y la única final del día no defraudó a los de casa, quienes “corrieron” junto a él entre “codazos”, intentos de cierres, la concreción de varios registros personales y hasta dos récords nacionales.

Con la plata se quedó el ugandés Joshua Kiprui (26:49.94), finalista de la distancia en Río 2016, y con bronce Paul Kipnegetich Tanui (26:50.60) salvó la honra keniana un año después de escoltar al mandamás en la fiesta carioca.

Poco antes Bolt “gozó” los penúltimos 100 metros individuales de su carrera en heat que dominó con 10.07 segundos para asegurarse –como era esperado- para las semifinales de mañana.

De camino hacia la pista bromeó con la mascota que fue a saludarle, y ya en su carrilera recibió toda la aclamación de una afición que como hace cinco años volverá a rendirse a sus pies con cada salida.

Sin embargo al dialogar con la prensa arremetió contra los bloques de arrancada, al punto de asegurar que son los peores que ha utilizado en su vida y calificarlos de inestables y provocadores de que tropezara en la salida.

«La gente siempre es maravillosa, siempre me muestran mucho amor y siempre aprecio estar aquí, estoy emocionado por llegar a esa final y hacer mi trabajo lo mejor posible», comentó con tono más relajado al elogiar la respuesta del público.

Lo mejor de las eliminaciones en esa distancia lo tributó el también jamaicano Julian Forte con tope personal de 9.99 segundos, único que rebajó de los 10.

En la pértiga se pedían 4,60 metros para acuñar boleto directo a la discusión de preseas, pero como había presagiado el entrenador de Yarisley, Alexander Navas, 4,55 bastaron para 11 de las 12 accedidas.

Solo la griega dorada olímpica Ekaterini Stefanidi sobrepasó esa altura porque comenzó su competencia con ella.

«Me sentí con mucha menos presión que en otras clasificatorias. El estadio está bien cerrado y no molestó el aire, todo está perfecto para la final del domingo», declaró la cubana reina defensora, quien solo cometió un fallo en el primer intento en pos de los 4,55.

A su paso por la Zona Mixta explicó que la demora impuesta a las miembros del grupo B le “enfrió” un poco, pero insistió en que «no es nada… todo está bien para buscar una medalla».

Su prueba aportó una de las noticias del día con la eliminación de la estadounidense Jennifer Surh, líder bajo los cinco aros en el 2012, recordista del planeta bajo techo y 17 veces titular de su país, pero despedida ahora luego de tres fuols que le impidieron los 4,55 metros.

Sandi Morris, otra de Estados Unidos, la venezolana Robelys Peinado, la británica Holly Bradshaw y la suiza Nicole Büchler son parte de las que optarán por los lauros dentro de dos días.

En el salto de longitud Maikel Massó llegó a la pistilla, corrió a buen ritmo, pisó perfecto la tabla, sin ceder demasiado, y “voló” durante 8,15 metros, todo en el primer intento, como hacen los grandes, para inscribirse en la final de mañana.

«Se lo debía a muchos, pero lo importante será este sábado», dijo tras satisfacer su primer objetivo con registro que le ubicó segundo entre todos los implicados, solo por detrás del checo Radek Juska (8,24).

«Ahora tranquilo, a ver qué pasa mañana, no soy favorito pero todo puede suceder», aseguró con madurez un Massó de solo 18 años que sueña con imitar a su ídolo, el multicampeón Iván Pedroso.

El monarca estival Jeffrey Henderson se sumó a las estrellas sin pase a la etapa definitoria, pues solo pudo con 7,84 metros y dijo adiós, lo mismo que el otro cubano en competencia, Juan Miguel Echevarría, quien parecía apto para un mejor desempeño pero no resistió las tensiones de su primer mundial grande y apenas llegó a 7,86.

El sudafricano Luvo Mangonya, número uno del ranking actual, pasó con 8,12 metros que fueron lo tercero mejor de la noche.

En el disco entre hombres varios superaron los 64,50 metros solicitados para la final y no hubo favoritos “quedados”, tal como sucedió en los 1 500 para damas, donde la defensora del cetro, la etíope Genzebe Dibaba, “marcó” territorio desde ahora.

Este sábado además de la final de la longitud Cuba seguirá a Yoandy Lescay en los heats de los 400 metros planos, la clasificación del triple femenino con Liadagmis Povea, y el comienzo de Yorgelis Rodríguez en el heptatlón.

Y como cierre seguramente nadie “respirará” con la final de los 100 metros, donde Bolt parece destinado a besar otra vez la gloria.

CREREMONIA INAUGURAL SIN MUCHO BRILLO

Poco de lo esperado sucedió en el acto que antecedió a las competiciones.

La entrega de medallas reasignadas luego de los muchos casos de dopaje descubiertos en los últimos tiempos fue quizás lo más emotivo de una tarde en que faltó “espectáculo” para merecer el calificativo de inauguración.

El príncipe Andrés, duque de York, dio la bienvenida en nombre de su Majestad la Reina, y el alcalde Sadiq Khan destacó la importancia de acoger una cita como esta y defendió la lucha contra el racismo desde cualquier frontera como parte del segmento protocolar junto al presidente de la IAAF Sebastian Coe.