La Habana.- HACE solo unos días la clase snipe fue otra vez noticia en nuestro país, pues la joven tripulación integrada por los veleros Raúl Díaz y Carlos Espósito conquistó el Trofeo Zimmerman que otorga el Circuito de Invierno de la modalidad, disputado esta vez en Bahamas, Miami y Tampa.

La dupla, de apenas 21 años de promedio de edad, conquistó este Premio por vez primera para Cuba, pese a que en sus 51 años de existencia varias embarcaciones de la Isla habían tomado parte en el evento.

El éxito fue posible gracias al sitial de honor conseguido en la primera fase, el noveno puesto firmado en la siguiente y la presea plateada alcanzada en la despedida.

Para conocer los detalles de lo ocurrido en este periplo competitivo, JIT dialogó con Darién Martínez Pimentel, entrenador de la modalidad desde el año 2008, cuando concluyó una carrera deportiva que incluyó cinco años en el plantel élite nacional y la medalla de plata en los Juegos Centrocaribes de Cartagena de Indias 2006.

«El certamen en Bahamas aconteció en condiciones de viento suave, algo que no beneficia a nuestros hombres, ya que se distinguen por el trabajo físico que es determinante cuando sopla fuerte», señaló el profesor.

«La lid no fue del más alto nivel, pero reunió a competidores de mucha experiencia que serán nuestros rivales en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018», añadió.

«A poco de comenzar la regata inaugural sufrimos roturas en el bote que pudimos solucionar y no afectaron los resultados, pero sí la parte sicológica de la actuación, ya que hubo nerviosismo y hasta discusión entre los muchachos. Sin embargo, fueron mejorando su dinámica poco a poco y acabaron muy acoplados y en el primer lugar», narró Martínez Pimentel, quien también incursionó como atleta en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007.

Sobre las demandas tácticas que impuso la justa, el técnico comentó que «el trabajo físico influye directamente en la técnica, y se hace más notable cuando el aire bate fuerte. Sin embargo, con escaso viento cobra mayor importancia la táctica de la regata, tema en que tenemos deficiencias porque acá entrenamos con solo tres embarcaciones mientras que en Bahamas, por ejemplo, había 16».

En cuanto a la fase de Miami, Darién aseguró que el panorama cambió totalmente, pues allí se reunieron los mejores especialistas de la clase a nivel mundial y el viento se mantuvo entre 18 y 23 nudos, «una especie de huracán para este deporte».

Por esa razón, Raúl y Carlos pudieron aprovechar a plenitud su fuerza física y fueron, sin dudas, el bote más veloz de todos los inscriptos, nada menos que 40, pese a sufrir nuevas roturas en la antesala de la competencia.

El gran problema estuvo otra vez en el componente táctico, al punto de que fueron descalificados en par de regatas y cayeron hasta el noveno puesto. La segunda de esas penalizaciones ocurrió en la última prueba, justo cuando marchaban entre los cinco primeros lugares.

El cierre en Tampa parecía, cuenta Darién, el más fácil de los trámites, al tener como rivales a solo siete embarcaciones. El detalle en contra, a priori desconocido, era la presencia del brasileño Alexander Tinoco y el local Artur Blodget, dos extraclase de la modalidad.

El evento fue muy disputado de principio a fin y el oro se les escapó a los cubanos en la regata del cierre, a causa de otra falta táctica que ocasionó la descalificación.

De todas formas, el balance general fue muy positivo y no solo por la obtención del Trofeo, sino porque la actual posición del ranking hace posible la asistencia a Barranquilla con par de tripulaciones.

A la espera de esa confirmación, Darién asegura que los otros preseleccionados (René Torrecilla, Daniel Fulgüeiro y Alberto Castro) están muy cerca de los ahora líderes, razón suficiente para aspirar a muy buenos resultados en la lid regional del venidero año.

Sin embargo, el gran anhelo de todos es devolver al snipe a los planos estelares que disfrutó en el pasado aun reciente, cuando Nélido Manso y Octavio Lorenzo hicieron época en términos muy dorados.