Tokio.- AUTOR de varias atrapadas dignas de titulares y sólido madero en mano, el jardinero central cubano Roel Santos acapara numerosas miradas en un Clásico Mundial de Béisbol devenido escenario de su consagración.

Siete imparable en 15 turnos (.467), incluido doble y triple, le confirman como el “hombre proa” demandado por su selección sin que importe que el pitcher contrario sea derecho o zurdo como él.

«Llegué a este deporte a los nueve años, como muchos otros niños», recordó el muchacho nacido el 9 de septiembre de 1987 en el municipio granmense de Niquero, en el oriente de la isla.

«Solo intervine en unos Juegos Escolares Nacionales, sin pasar por la EIDE o la ESPA», evocó quien después fue llamado a la Academia Provincial y se ganó el puesto para la Serie de Desarrollo como antesala de su estreno en el torneo élite de casa, donde suma ocho campañas.

Su debut oficial fuera de fronteras aconteció en los Juegos Centroamericanos de Veracruz 2014, pero desde antes soñaba con verse en una lid como la que le acoge ahora en la capital japonesa.

«Siempre fui un gran fanático del béisbol, y seguía al equipo Cuba en estos torneos, añorando ser parte de él, así que vivirlo y aportar un granito de arena para mi país constituye una gran satisfacción», confesó.

«Por eso lo estoy haciendo al máximo, esforzándome hasta lo imposible para que las cosas salgan bien, a la vez que agrego una experiencia importante a mi carrera», aseveró al dialogar con JIT.

¿Alguna novedad respecto a lo imaginado?

En realidad no, quizás porque he ganado en madurez como atleta y eso me permite prepararme mejor, técnica, física y sicológicamente, ajustado a las características del evento a enfrentar.

¿Las claves?

Mentalizar que se trata de un nivel muy alto, y entrenar duro, sin exceso de confianza, en busca de que cada vez las cosas salgan mejor.

¿La zona de strike?

Tampoco me ha sorprendido, porque gracias a la televisión he estado al tanto de la forma en que se canta en este béisbol, y he hecho los ajustes para aplicarlo en cada partido para lograr buenos contactos.

¿Los lanzadores zurdos?

Nunca han sido preocupación para mí. Quizás lo contrario, porque enfrentarlos me motiva a exigirme más, siempre partiendo de que salgo al terreno a divertirme.

¿La capacidad para “machucar” la bola?

Una habilidad que me propuse trabajar para sumarla a mi velocidad, y es una combinación que me ha dado muchas satisfacciones.

¿Disfrutas como primer bate?

Es la posición que más me agrada, donde me siento más seguro. No ha sido igual de cómodo cuando me han movido a otros turnos.

¿Qué te dejó la Liga Canadiense?

Me aportó bastante, contribuyó a convertirme en un jugador más paciente, y de manera general a ganar en profesionalidad.

¿Este equipo?

Ha sido una gran familia, motivada al máximo con el compromiso de ser dignos de lo que representamos para nuestro pueblo.