Río de Janeiro.- INICIO de magia, pasajes de la vida carioca y mensajes al mundo para reconocer e integrar a las personas discapacitadas, colorearon la ceremonia de inauguración de los XV Juegos Paralímpicos esta noche en el estadio Maracaná.

Espectacular efecto causó el deslizamiento por una rampa de un corredor en silla de ruedas que atravesó un anillo gigante para aterrizar en un gran colchón como comienzo del show a las 18:15 horas en instalación llena.

Secuencias de la vida cotidiana brasileña, música de samba y un día típico en una playa ocupada con los surfistas, bañistas y amantes del sol siguieron en el escenario, tradicional campo de fútbol, que se transformó en océano y playa.

Eso dio paso al desfile de los 159 países, primero el equipo de atletas refugiados, con Cuba en el lugar 40 con su abanderada Dalidaivis Rodríguez y recibida con gran ovación, y por último la delegación anfitriona, esta a toques de samba, para dar paso a los discursos de bienvenida de Carlos Arthur Nuzman, titular del Comité Organizador Río 2016, y de Sir Philip Craven, presidente del Comité Paralímpico Internacional.

Nuzman, también presidente del Comité Olímpico Brasileño, en sus palabras alegó: «Celebramos un gran desafío hoy para construir un nuevo mundo, más accesible a todos. Más justo, más fraterno, donde todos son capaces de caminar mano a mano sin ningún obstáculo. Es una misión difícil, lo que nos hace más fuertes».

Craven, británico exjugador de baloncesto en sillas de ruedas, significó que son los primeros Juegos en Latinoamérica y servirán para mostrar que estos atletas son modelos para lo que el mundo quiere ver en héroes deportivos de hoy en día.

«A ver los obstáculos como oportunidades, luchar por sus derechos, aquí en Río tienen una oportunidad única para hacer un mundo más equitativo. Sus valores de decirle a la gente lo que representan y lo más importante lo que son», expresó.

A continuación el presidente de la república, Michel Temer, declaró inaugurados los Juegos y luego se realizaron el juramento de los atletas por el nadador Felipe Rodrigues, de los árbitros por Raquel Arroxellas (boccia) y de los entrenadores por Amaury Verissimo (atletismo).

La combinación de entorno y tecnología tuvo apoteosis cuando la estadounidense Amy Murdy, atleta de snowboarder, bailó con un robot industrial para resaltar la convivencia de la humanidad con los adelantos de las ciencias.

Para la entrada de la antorcha apareció la lluvia en momento muy esperado que culminó el seis veces medallista dorado paralímpico Clodovaldo da Silva, nadador y el más laureado con 13 en total, quien con su silla de ruedas subió varias rampas hasta encender el artefacto similar usado en los Juegos Olímpicos.

El agua tampoco pudo apagar la contagiosa música que también cerró la apertura.