THOMAS BACH, titular del Comité Olímpico Internacional (COI), no asistirá hoy a la ceremonia de apertura de estos Juegos, según los organizadores locales estará de regreso hacia Alemania para asistir al funeral del expresidente de ese país Walter Scheel.

En una rueda de prensa en la villa paralímpica el jefe de comunicaciones Mario Andrada confirmó la ausencia de Bach.

El directivo dijo: «Obviamente nos da pena que el presidente Bach no puede asistir a la ceremonia de apertura como estaba previsto. Entendemos que era una situación imprevista que lo mantuvo en Europa. Hemos estado en contacto con él y nuestros amigos en el COI desde que los Juegos Olímpicos se habían acabado. Todavía estamos aprendiendo de ellos. Esperamos poder darle la bienvenida de nuevo a Brasil tan pronto como sea posible».

Esta es la primera vez desde 1984 que el presidente del COI en funciones no ha estado presente en la inauguración de los Juegos Paralímpicos, de la cual se prohibió a Rusia, a diferencia de los Juegos Olímpicos.

EL BRAZO de desarrollo del Comité Paralímpico Internacional (IPC), la Fundación Agitos, está a la espera de estos Juegos como un punto de referencia de progreso a partir de Río 2016.

Establecida hace cuatro años en Londres para fortalecer el deporte para discapacitados en todo el mundo, la Fundación Agitos ha ayudado a los miembros de IPC para involucrar a miles de personas con discapacidad en el deporte, así como a atletas y entrenadores, para mejorar su formación.

Cinco atletas que se han beneficiado de este trabajo van a competir en Río 2016 y han sido destacados en una serie de videos que muestran las circunstancias en que viven y entrenan.

Entre ellos están las cubanas Omara Durand y Yunidis Castillo, medallistas doradas paralímpicas y mundiales, como también el fondista ecuatoriano Darwin Castro, el mexicano lanzador de implementos Eliezer Gabriel y la nadadora brasileña Cecilia De Araujo.

Otros tres jóvenes están ahora entre las más brillantes esperanzas de medallas de sus países para Tokio 2020; la nadadora María Paula Barrera y el lanzador de jabalina Luis Herazo, ambos de Colombia y el velocista brasileño Washington do Nascimento.

Las películas sobre su vida familiar, la formación y la capacitación han sido publicadas en el período previo a Río 2016, y están disponibles en la página web de IPC.

Los ocho atletas, junto con algunos de sus entrenadores, participaron en talleres de formación realizados en colaboración con los organizadores de los Juegos Parapanamericanos de Toronto 2015 y Río 2016, en los últimos dos años.

«Los videos muestran cómo la vida de los individuos se puede cambiar a través del deporte, en circunstancias difíciles, así como ilustrar cómo los atletas son modelos para otras personas con una discapacidad», dijo Georg Schlachtenberger, director de la Fundación Agitos.

EL VELERO John Twomey de Irlanda estará compitiendo en su oncena edición de estas lides y serán los últimos para el practicante de varias disciplinas.

Las velas no es el primer deporte de Twomey, o incluso su segundo. La primera vez estuvo en Toronto 1976 en disco y tenis de mesa, y ganó la plata en este último en Arnhem 1980.

Twomey lanzó el disco en seis juegos sucesivos, y ganó el oro en Seúl 1988, y bronce en Nueva York 1984, antes de retirarse del deporte después de Atlanta 1996. Esos juegos eran la primera edición para presentar las velas como un evento de exposición y las primeras medallas del deporte fueron entregadas en Sydney 2000.

Había comenzado la navegación después del accidente de ciclismo de ruta a la edad de 14, cuando se fracturó la columna vertebral y lo dejó en una silla de ruedas. Por lo tanto, era lógico que iba a aprovechar la oportunidad de aparecer en otros cinco juegos en velas -cuatro veces en la clase Sonar de tres personas, y en la clase Skud 18 de dos personas en Beijing 2008.

Twomey, ahora de 61 años, no estará involucrado en futuras ediciones porque las velas no estarán en Tokio 2020.

LA MEDALLA de plata que consiguió José Effron en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 le cambió la vida al atleta oriundo de Chamical, un pequeño pueblo de la provincia de La Rioja en el norte argentino. Pero la felicidad que le provocó darle esa primera presea a su país también le dejó una espina clavada que espera quitarla de su pecho en la Carioca Arena 2 de Barra de Tijuca, si el destino lo vuelve a poner cara a cara con el ucraniano Olexander Kosinov.

«Hay que estar preparado para lucharle al que te pongan enfrente pero el ucraniano Oleksandr Kosinov es una espina para mí, por ese motivo ganarle en Río será una forma de tomar revancha», dijo Effron ya soñando con repetir aquí la final de los 81 kg que perdió hace cuatro años con su rival europeo.

A los 6 años Effron emulaba con sus cuatro hermanos en el arte de la lucha, y gracias a uno de ellos recorrió un largo camino que lo condujo a su primera experiencia con la selección argentina en el Mundial de Bangkok en Tailandia en el 2008 hasta llegar a Río 2016 ya involucrado entre los 10 mejores de la Federación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA).

«En todos estos años fui ganando mucha experiencia y seguridad, en cuanto a mi disciplina, descubriendo nuevas formas de entrenamiento; sufriendo con cada error en pos de mejorar de la mano del sacrificio», dijo quien alertó que llegar al podio no será una tarea fácil.