Santiago de Cuba.- SOBRE la grama sintética del Antonio Maceo pudo verse un monólogo. El tic tac de una máquina de relojería, el motor afinado de "La Pabloneta" como ya comienzan a llamar a la escuadra de fútbol cubano con baño incluido de picaresca razón.

Taca taca taca y cambia. Taca taca taca y vuelve a empezar. Prohibido rifar el balón. El monopolio del 4-4-2 todavía asombra. No debería. Hay que decirlo, no empastó el ritmo de la conga santiaguera con el tempo exacto de la danza de Cuba en su cuarto partido en la fase de grupos de Liga de Naciones de Concacaf 2022-2023.

El síncope desafina con el vals que propone Pablo Elier Sánchez. Todavía alguno extraña el vértigo y la polirritmia pero tres, cuatro, cinco pases después y una gambeta el público se fue metiendo y más de una vez se levantó de la grada y vitoreó.

La gente de Santigo de Cuba también sabe divertirse con lo bueno. La Capital del Caribe, cosmopolita y ecuménica, folclórica y diversa, se levanta de igual manera para reconocer el valor de lo bello y lo bueno.

En el césped tenían un equipo sobrio y trabajado, con alguna aspereza corregible y algún sufrimiento por la diestra porque en la izquierda brillan Jorge Luis Corrales, una máquina de cuatro tiempos que sube bien y baja mejor; Wiliam Pozo, quien entiende cada vez mejor el esquema táctico del técnico y Onel Hernández destrozando esquemas defensivos y haciendo estragos cuando tiene el balón en sus pies.

Tener la pelota no asusta al equipo cubano, sino todo lo contrario. Para encontrar los tiempos de sacar ventaja en una cancha irregular y maltrecha hay que buscar en el recuerdo. 

Probablemente a Sánchez puede atribuírsele algún borrón y, como ya he dicho, asume riesgos cuando no propone un parado más "popular" (lo de efectivo no es discutible). Pero si un acierto hay que reconocer al pinareño es el de devolverle a Aricheell Hernández a la selección cubana.

El 10 se da lujos, se atreve a pisar el área y marca goles con desfachatez absoluta, de vivo uno, de cabeza el otro, de puntera y hasta de taco la podría meter si se da el caso. 

«Me siento muy bien jugando ahí. Saco mucho provecho de tener a Onel a Luis Javier Paradela delante porque arrastran mucho las marcas y me da libertades de entrar al área con comodidad y marcar goles», reconoce el villaclareño.

Y se nota que agradece la confianza y el parado, cuando le han sacado en el segundo tiempo ha levantado al DT y ha dejado claro que reconoce el mérito del guía que le ha dado otra vida.

Algo habrá que corregir sin embargo. La orquesta armónica también ha desafinado entrando al segundo tiempo con gol de vestuario encajado y algún escalofrío antes y después del 2-1. Faltó concentración ante un rival sobrado por fútbol y categoría.

Y hubo espacio para el cambio táctico. Después del sufrimiento revolvió Elier la coctelera, pasó la página del esquema inicial y desconcertó al rival con el 4-3-3 de Maykel Reyes acompañando a los dos de arriba.

Yasniel Matos, quien solo necesita pisar el césped para enchufarse, jugó por delante del doble cinco de Incerti y Yunior Yuri, a quien solo le falta jugar de portero y hacerlo bien.

Ahí tomó otro aire la selecta y terminaron asfixiados los Benna Boys. El amarillo de los visitantes volvió a quedar pálido e indefenso ante el rojo vivo del local, no había ideas sino la frustración del derrotado en el rival que intentó romper la armonía y cambiar el fútbol por cualquier deporte de combate. En el roce también fueron buenos los cubanos. 

Sandy Sánchez no tuvo nada que ver en el gol entre el mar de piernas dentro del área luego de un córner, mas, sin pudor alguno salió del área y fue el onceno jugador de campo demostrando que el portero en tiempos modernos no solo vive de las manos.

El partido se acabó en lo psicológico antes que en el cronómetro y cuando pitó el principal el ocaso, los de casa celebraron tres puntos más para llegar a nueve, la tercera victoria al hilo, nueve goles a favor y tres en contra a razón de un positivo 3-1 como balance. 

La cima del grupo compartida es todavía un paseo por el Monte Calvario con la cruz a cuestas. La tarea apenas comenzó con mantener viva la esperanza y la posibilidad de cumplir con la meta de llegar a la Copa de Oro 2023, de jugar el nivel A de la Liga de Naciones.

Los laureles apenas florecen para una escuadra necesitada de asestar el remate definitivo. De nada servirá tanto esfuerzo y el dulce sabor de las victorias en el camino se tornará amargo en la hora oportuna de no cerrar con triunfo ante Guadalupe aquí en marzo del año venidero.

«Sabemos que el trabajo no está hecho, no nos conformamos con lo conseguido aunque estamos contentos. El primer partido nos tomó sin el ritmo que tenemos ahora y nos costaron los errores. Tenemos la posibilidad de definir nosotros mismo pero falta hacerlo, solo así estaremos satisfechos», ha dicho Sánchez luego del partido. 

La embriaguez del éxito, estoy seguro, no obnubila a estos muchachos y su cuerpo técnico que saben lo que falta y lo esperan con ansias. El verdugo de la primera fecha llegará quizá preocupado tanto como nervioso. Yo lo estuviera. ¿Quién no?