Xalapa.- DESCOLLANTE fue la actuación del ciclismo cubano en los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe, en especial en el sexo femenino, que sobrecumplió sus expectativas con ocho títulos, cuatro medallas de plata y una de bronce.

Marlies Mejías, con doradas en las cinco pruebas en que se presentó, así como Lisandra Guerra, quien subió cuatro veces al centro del podio e implantó tres marcas, encabezaron el trabajo de esta disciplina, también poseedor de tres cuartos lugares, dos de ellos entre varones, sector aún necesitado de más trabajo.

Incluso uno de esos escaños número cuatro fue logrado en la pista con tres ruteros (Arnold Alcolea, Yennier López y Pedro Portuondo) y un solo pistero (Jans Carlos Arias), lo que confirma la necesidad de un replanteamiento de tal labor.

Las muchachas mejor no pudieron comportarse, pues solo Alcolea pudo tributar desde el otro sexo con plata en la carrera por puntos, evento donde debutó internacionalmente, en tanto entró quinto en la ruta, su plato fuerte, con venezolanos, mexicanos y colombianos demostrando su valía como sucedió en el velódromo.

«Magnífico el resultado en el femenino, al nivel del trabajo que ellas han realizado durante meses, una labor muy fuerte y con mucha dedicación. Realmente siento que otras no pudieran alcanzar medallas, pues también cumplieron una buena preparación y han ayudado a que sus compañeras retornen a casa con varios triunfos», opinó Leonel Álvarez, entrenador principal de las pisteras de medio fondo y las ruteras.

En tiempos en que el desarrollo tecnológico desempeña un papel muchas veces decisivo y no siempre al alcance de todos por su alto costo, los cubanos y en especial las muchachas han hecho caso omiso a esos inconvenientes y demostrado una preparación de alto rango a la que tributó el cumplimiento de una base de entrenamiento desarrollada en Aguascalientes.

«Esperamos poder cubrir más competencias internacionales porque la preparación la garantizamos el año entero, y lo hacemos bien, pero nuestros rivales compiten más y para mejorar el nivel requerimos de un mayor número de confrontaciones», señaló Luis Alberto Montoya, el velocista de mejor rendimiento al despedirse cuarto en velocidad por equipos en compañía de Alejandro Mainat e Iván Delís, y sexto en el kilómetro contrarreloj.

Por su parte la joven veterana Yudelmis Domínguez alcanzó oro en persecución por equipos y plata individual, y entró tercera en la ruta detrás de Marlies y Yumari, pero el reglamento de la ODECABE le privó de recibir el bronce, ya que cada país solo puede aspirar a dos metales.

Otra de las establecidas, Yumari González, confesó estar contenta con su título en persecución por equipos y el subcampeonato en la ruta.

«El circuito de la ruta fue muy duro para mí, pero cumplí, especialmente con mi hijo, que me dijo “Mamita tienes que regresar con medallas”, y ahí se las llevo», narró.

El ciclismo cubano tiene ahora nuevas motivaciones para seguir adelante. En breve estará en la segunda fase de la Copa del Mundo en Londres, y luego viajará a Cali con vistas a clasificar para el mundial del 2015 y agregar horas en la élite rumbo a la más alta meta del ciclo: la confrontación bajo los cinco aros del 2016.