La Habana.- MIRAR al Juego Ciencia desde una perspectiva más allá del alto rendimiento, convertirlo en arma para el desarrollo integral de los niños y la sociedad constituye la máxima con que se trabaja en el aula especializada del Centro de Estudios del Ajedrez Isla.
En la institución, adjunta a la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo (UCCFD), se habla de futuro y existe total empeño para dejar huellas significativas.
No podía ser de otra manera con el entusiasmo impuesto por su directora, la Gran Maestra Vivian Ramón, líder de un plan que sitúa los estudios del ajedrez como base para el desarrollo cognitivo de los infantes.
Soñando a Capablanca es el nombre del proyecto que se acomete allí con casi 40 niños, una cifra que aumenta en tanto no se le niega la participación a ningún interesado, sea cual sea su nivel de desarrollo frente al tablero.
Así comentó a JIT la propia Vivian, ocho veces campeona nacional y una convencida de la relación indisoluble entre el ajedrez y la formación de hombres y mujeres útiles a la sociedad.
«Lógicamente nos motivan los resultados deportivos, pero el mayor interés está en cuánto más eficientes y capaces son esos niños como seres sociales», asegura quien se apoya en siete profesores experimentados, cuatro adiestrados e igual cifra de contratados.
El aula, nombrada Ernesto “Che” Guevara por su inmensa relación con el ajedrez, se inauguró el 17 de noviembre de 2021 en presencia de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República. Cuenta con tecnología ideal para los estudios.
Acceso a internet, 10 computadoras de primer nivel, tableros digitales y otros medios forman parte de las facilidades con que se realizan investigaciones sobre la relación ajedrez-cognición.
«Soñando a Capablanca es sobre todo un proyecto de investigación, desarrollo, innovación y aplicación de tecnologías. El objetivo es profundizar en lo que une a las actividades cognitivas y las habilidades ajedrecísticas», explicó sobre un programa que funciona de manera regular desde inicios de este año.
Los alumnos se dividen en tres grupos para facilitar los estudios. Los más pequeños tienen entre tres y seis años (ajedrez prescolar); el segundo colectivo reúne estudiantes de siete a 10 y el tercero a los comprendidos entre 11 y 14. En ese último se centra el peso de la investigación, refiere Vivian.
«Se trata de un grupo con intereses competitivos. Ahí se trabaja la parte neurológica, es decir la atención, concentración, memoria y flexibilidad de pensamiento», aclara.
Junto a los profesores del Isla aparecen especialistas del Centro de Investigaciones del Deporte Cubano (CIDC) y el Centro de Sicología del Deporte de la UCCFD.
Refiriéndose a las clases, Vivian enfatizó en la parte técnica del medio juego y el final. Se respeta el repertorio de aperturas escogido por los entrenadores principales de los alumnos.
«Se imparten técnicas de medio juego y final, y se trabaja con el algoritmo de pensamiento. Lo más importante es enseñarlos a pensar y a ganar en eficiencia. Insistimos en los procesos de valoración y cálculo, es decir en todo el trabajo técnico», dice.
Los profesores del Centro se encargan de escoger los modelos, las posiciones con que van a trabajar. Tienen identificados los procesos de interés y, dependiendo de las respuestas, pueden constatar las áreas del cerebro que funcionan y cómo participan en la solución del ejercicio.
Pronto se ampliarán las funciones del aula. Se prevé insonorizar un área para convertirla en estudio de grabaciones para clases virtuales y otras acciones relacionadas con materiales digitales.
Eso permitirá llevar la experiencia a provincias y otros países, fundamentalmente de habla hispana; la visión con que desde hace 30 años se fundó el Instituto Superior Latinoamericano de Ajedrez, convertido ahora en el mencionado centro de estudios.
Experimentados profesores como Danilo Buela y jóvenes como Seydi Pagés, Cristian Vitier, Karla July Fernández y Abel Fabián López, por solo mencionar algunos, ponen todo su empeño para potenciar el ajedrez desde nuevas concepciones.
«Trabajamos para que sean grandes maestros, pero sobre todo grandes personas; para que les vaya bien en la vida y el ajedrez sea parte de esa formación. Eso significa llevar a Cuba a la tendencia mundial del ajedrez en cuanto a educación», ratifica Vivian tan ilusionada como cuando enfrentaba muchos de los torneos que ganó en su vida.
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