Santiago de Cuba.- YASSER Vázquez parece multiplicarse. Aparece como internauta y repartiendo números entre los peloteros del equipo Santiago de Cuba. Lo hace con exactitud robótica.

A pesar de su responsabilidad como sabermétrico de las Avispas, no deja de ser un santiaguero jocoso y accesible. Preciso y veloz responde a todos los que le abordan.

Goza de una memoria prodigiosa. Recuerda que el lunes 3 de febrero de 2019 fue presentado por el mánager Eriberto Rosales y se convirtió en un arma silenciosa y poderosa para el equipo.

Rosales lo mandó a buscar a La Habana. Pensaba que aquel hombre que “desnudaba” el accionar de los peloteros en la lid doméstica estaba lejos. En realidad no había salido de La Tierra Caliente.

«Me dedicaba al diseño y todo lo relacionado con la informática. En las horas libres estudiaba las estadísticas del beisbol y hacía trabajos de análisis», revela en diálogo con JIT.

«Siempre me gustó conocer las habilidades de los jugadores contrarios, pero claro, tenía temor a la hora de llevar eso al terreno. Finalmente no me fue mal, trabajé mucho la sabermetría en el pitcheo, aunque obviamente prestamos atención a los bateadores», detalla.

«En la defensa también resultó muy útil el análisis que venía haciendo, sobre todo en la ubicación de los jardineros. A ellos prestamos más atención incluso que a los jugadores de cuadro, por su importancia para evitar extrabases», recuerda.

«También nos enfrascamos en lanzar de forma inteligente a los contrarios, allí donde sean menos eficaces. Eso significa una gran ventaja para nuestro pitcheo. En fin, todas las dudas se convirtieron en seguridad con los buenos resultados», evalúa.

Al comienzo, Yasser esperaba que el mánager le consultara sobre alguna situación. Ahora sugiere la toma de algunas decisiones. «Llego al juego preparado. Tenemos una reunión cada noche con el equipo técnico y los lanzadores. Analizamos cuestiones globales del partido en que entran los estudios del contrario», confirma.

«Después del play ball se analizan situaciones puntuales del juego, pero son menos. Ya estamos preparados, incluso con carta de pitcheo y análisis de los posibles emergentes. Así hay poco que improvisar», asegura.

¿Cuánto tiempo demandan estos estudios para ganar la confianza del mentor y aportar resultados? Le pregunto…

«He tenido varios compañeros de cuarto y son testigos de que casi no duermo. Empleo muchas horas del descanso. Luego del partido comienza el análisis de las métricas colectivas y particulares, las propias y las del rival. Incluyo la preparación de gráficas para facilitar la labor del cuerpo técnico. Este sacrificio solo es posible por el amor a la profesión», considera.

«Soy de los pocos que no están detrás de una computadora, sino en el banco con el DT. Constantemente me hace preguntas que no pueden esperar ni cinco minutos, así que empleo más horas de preparación», reconoce.

Se me ocurre preguntarle cómo asume el error en un dato o análisis… «A veces el equipo recibe una derrota con una ofensiva potente de los contrarios. Revisamos si nos equivocamos en los lanzamientos o en la ubicación de la defensa, etc. No siempre se acierta y lo asumimos con naturalidad. Además están los errores de los jugadores. No son máquinas. Tratamos de darles herramientas para minimizar fallos, pero a veces se escapa un lanzamiento o no se hace el pitcheo correcto para una formación determinada. Este es un deporte complejo», comenta.

«No podemos controlar el 100 % de las jugadas, de ahí que tracemos metas más concretas. Pongo mucho interés en sacar el primer out de cada entrada, ahí está más del 70 % de efectividad. Después los rivales cuentan con dos outs y están obligados a batear con potencia, es muy difícil hacer jugadas», afirma.

«Para minimizar errores elegimos los mejores bateadores rivales y les hacemos formaciones especiales. Intentamos reducir el margen de error. Si lo logramos tenemos alta probabilidad de salir airosos», asegura.

Supongo que miden los niveles de acierto, le digo… «En lo que va de Serie el pitcheo está por encima del 80 %. Somos el único equipo con una relación de rolling-out por encima de dos. Eso quiere decir que sacamos los outs por el cuadro y explica que lideremos en jugadas de doble play. Medimos muchísimos apartados y en todos los porcientos son elevados.»

Cualquiera preguntaría si comparten las métricas con colegas… «No, no las comparto. Las armas en la guerra no se entregan», responde con picardía.

Yasser propone la carta de pitcheo y las formaciones defensivas. El profesor Eriberto se encarga de otras cuestiones. Su visión sobre el papel de los números resulta interesante…

«No creo se abuse. Actualmente en la Major League Baseball (MLB) se utiliza muchísima información porque da ventajas. Hay que entender que el contrario también lo hace y es una necesidad».

Entonces le insisto en las modificaciones realizadas al juego… «Eso sí, hemos visto choques con cinco jardineros y otras decisiones quizás controvertidas, pues rompen con lo tradicional. Pero si se demuestra que ayudaron a reducir la ofensiva del oponente y la producción de jonrones entonces vale la pena».

Indago por afectaciones al espectáculo y sostiene que «da resultado, hace que ganemos juegos y la afición lo agradece. Hay situaciones que el fanático aprende a disfrutar, cambian cosas, pero el beisbol sigue siendo espectacular».

Ya le espera el mánager. Está a punto de comenzar el juego. La conga santiaguera no deja escucharnos. Se va al banquillo y le saludan. No brilla en el diamante, pero sí entre números.