Santiago de Cuba.- DOS FECHAS del Torneo Apertura de la 106 Liga Nacional de Fútbol quizá no son suficientes para emitir un juicio conclusivo sobre una actuación particular, pero, por más apresurado que parezca, resaltar el paso de los Diablos Rojos de Santiago de Cuba, cuando menos, resulta un acto de reconocimiento.

Que sea el único equipo con paso perfecto en apenas dos jornadas dice a las claras dos cosas: que el campeonato cubano es muy parejo y que los santiagueros, hasta el momento, se muestran un escalón por encima del resto de equipos.

La solidez defensiva del tricampeón nacional no es sorpresa, pero el fanático, acostumbrado al esquema vertical y directo, puede encontrar un equipo que ahora se atreve a jugar con alguna pausa y hasta asociarse y ello en gran medida depende de una novedad en la oriental provincia: el césped sintético de la Antonio Maceo.

«Esta cancha permite jugar un fútbol técnico, un fútbol táctico muy avanzado y también un fútbol rápido a pocos toques. El modelo de juego cambia, pero nos hemos adaptado a ello y se nota en los partidos», corrobora el director técnico Jorge Isac Kerol a JIT.

Sin embargo, esta adaptación implica riesgos, según “El Coqui” K

Querol, cuando visitas canchas de césped natural. «En Sancti Spíritus, por ejemplo, no nos salían algunas cosas que intentábamos, aunque pudimos imponernos sacando el extra, por eso también buscamos como alternativa entrenar en la cancha del Fajardo, entendiendo que no todas las plazas cuentan con una como la nuestra.»

Las dos victorias santiagueras tienen como elemento común el arco en cero. La solidez defensiva allí, más que una característica innata, es una idea concebida y preparada.

El tándem de lujo entre la juventud de Erick Rizo con la experiencia de Jorge Kindelán se convierte en una muralla infranqueable que encuentra la guinda del pastel en el portero Alfredo López, sustituyendo a las mil maravillas al estelar Nelson Johnston.

«La base del equipo se repite en los tres campeonatos ganados, nos caracteriza esa solidez y lo más importante es transmitir confianza a los jóvenes. Sentimos que la línea defensiva sostiene a los equipos de Santiago, pero eso lo afrontamos con mucha preparación y esfuerzo», reconoce el veterano Kindelán.

Rizo corrobora que lo más importante es concentrarse en minimizar los errores para sostener al equipo y conservar los resultados. «Sabemos que el fútbol cubano es muy difícil y manteniendo la puerta propia imbatida damos confianza a los de adelante para que hagan su trabajo», asegura.

Posiblemente para los líderes de la zona oriental, con seis puntos, el aspecto más complicado sea la finalización, lo que no quiere decir que quedan con deudas, entendiendo un sistema que pondera el orden y a partir de ahí intenta buscar las victorias.

Un hombre con el talento de Christian Flores carga con la responsabilidad ofensiva y el liderazgo en el frente de ataque secundado por la calidad de Rolando Abreu en la medular.

«Intentaremos seguir jugando un sistema tranquilo y táctico para seguir suministrando a nuestros atacantes y que puedan marcar. Un trabajo certero en la contención y la defensa libera a Christian y le da más libertades en punta», confiesa Kerol.

«Mantenemos la misma esencia del equipo con la que hemos ganado tres campeonatos consecutivos. Se sigue trabajando con la misma dinámica y esta cancha favorece el trabajo para jugar un mejor fútbol», reconoce Rolando Abreu, jugador de la selección nacional de Cuba.

La principal preocupación para los Diablos Rojos es motivar a un equipo que ha ganado y alejarlo del conformismo. Jorge Kerol cree tener la forma de lograr que se mantengan con ambición.

«Hay que imprimirles las ganas de seguir ganando desde las charlas en los camerinos y los conversatorios que tenemos constantemente. Ellos están motivados a no bajar los brazos y saben que es muy difícil ganar una cuarta corona consecutiva, pero están enfocados en ello. Tenemos la convicción en nuestras mentes, así que para ganarnos tienen que hacerlo en el terreno», sentenció el DT santiaguero.