Pinar del Río.- ARMANDO Johnson se acerca a la sala de prensa del estadio Capitán San Luis. Viene de perder un partido ante los Vegueros en el inicio de la 61 Serie Nacional de Beisbol. Aun así recibe con una sonrisa a quienes le esperan.

Sabe que habrá preguntas como sal en la herida, pero eso no parece preocuparle mucho. Da la sensación de que tiene todo bajo control, incluso la adversidad.

Se me ocurre pedirle que hable del rival, quizá evadiendo inquirir de golpe en el descalabro propio y responde sin vacilaciones, lleno de elogios, atrevido a pronosticarle éxitos.

«El equipo de Pinar del Río está en muy buen momento, sinceramente creo que están para discutir el campeonato. Tienen muchachos jóvenes muy talentosos y lanzadores que saben mover la bola y tienen contraste en los lanzamientos. Me parece que van a tener un buen año», afirma.

Los Piratas tradicionalmente se la ponen difícil a Pinar de Río, pero no fue así esta vez, le relato retóricamente para conocer su parecer.

«Siempre le hemos jugado bien, incluso pudimos derrotarle en un play off de aquella temporada en que quedamos en tercer lugar. Era un equipo impresionante y pudimos superarle», recuerda antes de volver a la actualidad.

«Pinar es un equipo de tradición, pero siempre le damos buenos partidos. Fíjese que ahora, a pesar de perder los tres partidos, el espectáculo estuvo presente y mantuvimos oportunidades de llevarnos alguno, a pesar de los contratiempos que mencionaba antes», matiza para JIT.

Independientemente de que La Isla no aparece en los pronósticos de los especialistas para clasificarse a la postemporada, hay mucha expectativa por su regreso como mánager. ¿Qué equipo ha logrado conformar? Le indago.

«Ahora mismo nos encontramos en un momento difícil porque estos juegos iniciales son para nosotros como la pretemporada, teniendo en cuenta que solo pudimos confrontar cuatro veces antes de comenzar el campeonato», revela.

«El resto de los equipos probablemente ha podido jugar de 20 juegos en adelante, pero nosotros, por las características geográficas del territorio, no pudimos concretar ensayos de ese tipo», abunda.

«Por otro lado tenemos 14 novatos, ocho de ellos en el área del pitcheo, lo cual no es justificación para que el resultado no salga. Debemos sobreponernos a eso», explica sin caer en excusas innecesarias.

«Hemos trabajado mucho y creemos que estos primeros partidos serán para engranar los elementos de juego. Por el camino se verán los resultados del esfuerzo realizado», comenta.

Se notan las dificultades y el margen de mejora, le recuerdo en alusión a lo visto en el terreno... «Hemos tenido varios corredores en tercera base y nos cuesta traerlos para el home plate. Los muchachos están tensos todavía, están soltando toda la presión. No obstante, creo que vamos a mejorar y dar un buen espectáculo al pueblo pinero y de Cuba», analiza sereno y con el convencimiento que ofrecen sus años de experiencia.

Se notan deficiencias en el área del pitcheo, el punto más débil del equipo, le señalo con cautela y escéptico ante el optimismo de este viejo “lobo” de los banquillos.

«Efectivamente, nuestro talón de Aquiles sigue siendo el pitcheo, pero tenemos buenos entrenadores que están esforzándose mucho por mejorar la situación. Por ahora el enfoque ha estado en el control y se logra por momentos disminuir las bases por bolas que tanto daño hacen», profundiza.

«Cando los muchachos se relajen van a mejorar mucho. Tienen la ayuda de Carlos Luis Soto, quien ha trabajado conmigo en otras oportunidades, y de Ricardo Leyva, un joven capaz que busca siempre elementos novedosos. Además tenemos a Alvin Zamora trabajando con la reserva, algo muy importante», señala.

También le preguntamos por Jonathan Carbó, ausente en el staff isleño... «Preferimos reservarlo porque lanzó mucho en la temporada muerta con los equipos nacionales y temíamos que pudiera lesionarse. Hemos entendido que debemos ser prudentes y darle un descanso, pero en las próximas subseries se incorporará al equipo», aclara.

Luego de ver tanto optimismo y una seguridad que contagia me atrevo a preguntarle por los pronósticos… Y responde sin dejar reposar la pregunta: «Clasificar». 

«El propósito es clasificar. Soy de las personas que no le gusta trabajar por gusto. Si acepté el reto de regresar es porque aspiro a estar entre los primeros», sostiene.

Pareciera un discurso trillado para quien no vea en sus ojos el brillo del optimismo. Uno puede pensar que es un mensaje de motivación que lanza con toda intención, pero lo repite convencido y habrá que creerle.