La Habana.- CIENTOS de niños, jóvenes y adultos vuelven a animar por estos días las áreas del Combinado Deportivo Ciro Frías, en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo. Se trata del regreso a las prácticas físicas interrumpidas por la covid-19 y los protocolos sanitarios decretados para frenar los contagios.

En esta nueva arrancada la instalación recibe a practicantes con un mejor acondicionamiento de sus recintos y espacios al aire libre.

«Se han pintado y dado mantenimiento a varios gimnasios, como el de luchas. Las áreas verdes se mantienen chapeadas para cuando regresen las actividades normales, lo cual debe suceder en enero», dijo a JIT el director Carlos Peña.

Tanto él como el claustro de profesores, los alumnos y las personas habituales para hacer ejercicios allí esperan una mayor reparación del Combinado.

«Hemos recibido materiales como bloques para la cerca perimetral, algo muy importante para los posteriores trabajos en otros lugares. Es voluntad del municipio la reparación capital de este Combinado», argumentó el directivo.

En sus 11 áreas se practican 13 deportes y se atienden alumnos de siete escuelas, tres primarias, dos secundarias, una de oficios y una especial, pertenecientes a una zona muy poblada y con varios barrios vulnerables.

Mientras se vuelve a los gimnasios y a otros espacios, muchos profesores trabajan en el completamiento de sus matrículas y el acondicionamiento físico de los alumnos continuantes, quienes se alejaron bastante de la forma óptima tras meses de pausa.

Por la pista andaba el incansable Jorge Poll con varios de sus pupilos, tratando de recuperar el tiempo perdido con los más avanzados en lo docente y lo deportivo.

Poll, quien fuera corredor de 110 metros con vallas por los años 80 del pasado siglo, se enorgullece de haber captado desde 2006 a varios atletas que después entraron en la Eide y llegaron al equipo nacional.

«A Layselis Rosa Jiménez, participante en los recientes I Juegos Panamericanos Júnior de Cali 2021 en la impulsión de la bala, la traje desde su escuela para acá. También salió de esta área la campeona panamericana juvenil del heptatlón, Marys Adela Patterson», significó sobre algunas figuras del momento que comenzaron aquí sus vidas deportivas. 

Como muchos entrenadores de la base, Poll ha incursionado en la invención de vallas y otros implementos para entrenar a sus talentos. Ahora pone la mayor atención en jóvenes como Merlín Rojas y Digna Calvo. Aspira a que esta última se dedique al lanzamiento del martillo, para lo cual tiene un buen somatotipo.

«Además trabajo con dos muchachos con discapacidad y pretendo traer a una chica ciega total que la capté en una parada de ómnibus en Lawton, donde la conocí cuando su mamá la llevaba a la escuela especial. No se trata solo de buscar a los posibles talentos en la escuela, ni atender a los que vengan hasta aquí. Debemos identificarlos en cualquier lugar», afirma sobre su filosofía para desarrollar a quienes se interesen por el atletismo.

Un poco más alejado de la pista, cerca de una antigua pizarra de beisbol, llamaba la atención un grupo de pequeños dando volteretas sobre la hierba. Se trataba de infantes durante sus primeros contactos con el arte marcial inventado por el japonés Jigoro Kano, el judo.

Bajo las orientaciones de Eleusy González aprendían a “romper caída”. «Estamos escogiendo la matrícula, 10 alumnos por profesor, pero muchos padres traen a sus hijos y uno por pena los deja practicar para ver quienes se quedarán», expresó al finalizar la clase.

Con las acciones de reparación en marcha, el acercamiento de los muchachos a las disciplinas de sus preferencias, y de los no tan jóvenes que llegan a la pista y el gimnasio de musculación, ya arranca de nuevo este importante centro deportivo habanero.