La Habana.- COMO niños con juguete nuevo andan los integrantes del equipo cubano de arquería, luego de armados los arcos compuestos donados por la federación continental para retomar la práctica de esa modalidad en la Isla.
Desde mayo pasado se recibieron dos arcos de primer nivel, marca Hoyt, ofrecidos por World Archery América, y en las próximas semanas deberán estrenarse oficialmente por Rayner Torres y Sheila Gorina, hasta ahora especialistas de recurvo.
Roilán Guanche, quien trabajará con ellos como entrenador principal, adelantó a JIT que la tarea inmediata es dotarlos del nivel para insertarse lo antes posible en las competiciones internacionales.
Conseguir plazas para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023 parece una meta lógica, pues permitirá aumentar las opciones de medallas junto con el arco recurvo.
El arco compuesto se convocaba hasta el nivel centrocaribeño antes de los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Desde entonces forma parte del programa de las citas multideportivas del continente y no se descarta su inserción en los juegos olímpicos.
En Cuba dejó de practicarse en 2010 por la falta de recursos, situación que pudiera comenzar a revertirse ahora con los nuevos implementos, al menos dentro del equipo nacional.
«No descartamos que podamos extenderlo a provincias cuando podamos ampliar los recursos. Eso nos permitirá captar talentos. Por ahora lo importante es que tenemos muchos deseos de trabajar», aseguró Guanche junto a sus nuevos “tesoros”.
«Hemos escogido a Rayner y Sheila por su experiencia en la preselección nacional. Se tuvieron en cuenta sus actitudes en la competencia y además sus condiciones físicas y técnicas. Eso nos hace suponer que se ajustarán bien a esta modalidad», comentó el especialista.
El arco compuesto consta de aditamentos diferentes al recurvo, como disparador, sistema de poleas para imprimir mayor potencia al disparo y lentes que permiten ver con mayor precisión el objetivo. Las dianas en esta especialidad se colocan a 50 metros y son de menor tamaño.
Esos serán los cambios fundamentales a los que tendrán que adaptarse Rayner y Sheila, llamados a trasladar sus habilidades a un arma con la que nunca han trabajado antes.
«El dominio del disparador pudiera convertirse en el elemento más complicado del cambio, pero con muchas repeticiones puede solucionarse», adelantó Guanche.
Ellos, como el resto de la preselección élite de la Isla, esperan el reinicio de las actividades en las escuelas de alto rendimiento para comenzar el nuevo camino.
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